Anna es un ejemplar de anaconda verde de ocho años y algo más de tres metros de longitud que vive en el New England Aquarium de Boston. Su parto no sería hoy noticia si no fuese porque en su comunidad no habita ningún macho. Los responsables del acuario quedaron tan sorprendidos ante la presencia de dos nuevas crías recién nacidas que decidieron comprobar el sexo de cada una de las anacondas. Efectivamente, solo había hembras. ¿Cómo ha sido entonces posible este nacimiento virginal?

Aunque solo han sobrevivido dos, realmente el parto ha sido múltiple. La mayoría de las crías nacieron muertas. Hubo una tercera viva, pero falleció un par de días después. Anna nunca ha estado en contacto con machos adultos, por lo que el equipo de veterinarios del refugio practicó las pruebas de ADN, que confirmaron que los dos nuevos ejemplares, de unos 60 centímetros, son producto de una reproducción asexual, según explican en su página web.

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New England Aquarium

La partenogénesis, una forma de reproducción basada en el desarrollo de células sexuales femeninas no fecundadas, es un fenómeno extremadamente raro en las especies vertebrados, incluidas las serpientes, que generalmente se reproducen de forma sexual. Se ha visto de manera excepcional en los dragones de Komodo y en alguna especie de ave y tiburón, y es más frecuente en cautividad. En anacondas este es el segundo caso que se conoce. El primero tuvo lugar en 2014 en un zoológico del Reino Unido. En aquella ocasión sobrevivieron tres de las crías.

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New England Aquarium

Aunque madre e hijos comparten un perfil genético muy similar, no son réplicas exactas de su progenitora. Y, según los responsables del acuario, cada uno de los hermanos ha empezado ya a exhibir su propia personalidad. Uno permanece relajado la mayor parte del tiempo, mientras que el otro no deja de explorar su entorno con la lengua

Marian Benito