Las islas del norte y sur de Nueva Zelanda están ahora cinco metros más cerca. Y la causa es un terremoto de magnitud 7,5 que se produjo en 2016, tal y como han revelado investigadores del GNS Science.
El seísmo afectó a veinticinco fallas. El epicentro se produjo cerca de la ciudad de Waiau, aunque en esa zona curiosamente casi ni se notó. En cambio, en otras partes del país sus efectos fueron muy notables, haciendo incluso que la capital Wellington y otra ciudad llamada Cape Campbell se movieran, reduciendo un metro la distancias que las separaba.
Aunque el terremoto se produjo hace dos años, los sismólogos dicen que las islas continúan moviéndose, aunque más lentamente. De todas formas, la distancias que las separa sigue siendo de 50 kilómetros. Suficiente como para que no haya riesgo de colisión inminente.
Se estima que en Nueva Zelanda se producen alrededor de 1.500 temblores de tierra anuales, aunque solo unos cien resultan lo suficientemente fuertes como para su población los sienta.
Fuete: IFL Science.
Vicente Fernández López