Si hablamos de especies invasoras seguramente se te vienen a la cabeza casos como la torpe repoblación de los ríos de la Península Ibérica con el ya españolizado cangrejo americano o negligencias y despistes de dueños de mascotas al dejar en libertad a ejemplares de cotorra argentina que se multiplican a gran velocidad en parques de ciudades. Lo que seguro que no habías pensado es que un inofensivo paseo en barco por la costa puede desembocar en un traslado de organismos exóticos de una zona a otra sin ningún tipo de control.
Una investigación conjunta entre el Departamento de Zoología de la Universidad de Sevilla, la Universidad italiana de Pavía y la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz ha concluido que la navegación de recreo propicia la propagación de especies invasoras. Analizaron comunidades de crustáceos que encontraron en una muestra de barcos de diferentes puertos deportivos del mar Mediterráneo y se dieron cuenta de que más de la mitad de las muestras analizadas corresponden a organismos exóticos. Para el estudio, los científicos analizaron las comunidades incrustantes, que son la flora y la fauna que crece sobre estructuras artificiales como cascos de barcos, hélices, quillas o estructuras de los puertos como boyas y cuerdas.
«El resultado fue sorprendente, ya que más de la mitad de los barcos transportaban especies invasoras. Vimos además una similitud entre la composición de las comunidades presentes en los barcos y el puerto donde atracaban, lo cual indica un intercambio entre ellos. Las embarcaciones son capaces de transportar especies de unos puertos a otros del Mediterráneo”, explica la investigadora principal, Gemma Martínez Laiz .
Esta es la primera vez que se investiga la influencia de las embarcaciones de recreo en la propagación de especies invasoras en el mar Mediterráneo, el segundo lugar de navegación recreativa más popular del mundo. El estudio, publicado en la revista Marine Pollution Bulletin, tenía un componente social además del biológico, ya que se hizo un cuestionario a los propietarios de estas embarcaciones sobre sus hábitos de limpieza, las rutas que solían seguir y su conocimiento sobre invasiones marinas. Concluyeron que solo el 29% de los encuestados consideraban las invasiones biológicas como un riesgo para la biodiversidad de los mares.
“Los dueños de barcos y gestores de puertos deportivos pueden contribuir a minimizar este problema. Necesitamos asegurar hábitos estrictos de mantenimiento de los yates. Una vez establecida la especie invasora, es casi imposible librarnos de ella. Por eso, es más rentable una estrategia de prevención que de erradicación”, afirma Martínez Laiz.
Entonces, ¿es peligroso para el medio ambiente o inconveniente realizar travesías en barco? No, pero la concienciación y la educación sobre las invasiones biológicas y las especies invasoras son claves. Estas son una de las principales amenazas a la biodiversidad en la actualidad, y pueden tener un impacto negativo no solo en los recursos naturales, si no en la salud humana y en la economía.
Esther Sánchez