Entender las alucinaciones es todo un misterio. Por mucho que se ha tratado de comprender el proceso por el cual una persona ve, oye o escucha algo que no existe, los científicos apenas han indagado en la entrada de una enorme madriguera llena de recovecos. Muchos de estos «fantasmas» visitan a pacientes con trastorno bipolar, depresión o esquizofrenia, pero es habitual que también sean percibidos por personas con fuertes migrañas, con una enfermedad en el oído interno o que hayan tomado una droga psicodélica. Lo interesante para los científicos es saber lo que ocurre en el centro de toda está vorágine invisible, en el cerebro. Y ya hay resultados.
Una reciente investigación publicada en la revista Cell Reports ha allanado el camino gracias a un experimento realizado sobre ratones. Han detectado que cuando los roedores estaban bajo los efectos de un alucinógeno llamado DOI, reducían la actividad en el centro de la visión del cerebro. El hallazgo sugiere que las alucinaciones ocurrían cuando este trataba de compensar la falta de información que provenía de la realidad que le rodeaba. Para el neurocientífico de la Universidad de Oregón, Cristopher Niell, «entender lo que está sucediendo en el mundo es un equilibrio que implica recoger información e interpretarla. Si pones menos peso en lo que está sucediendo alrededor, pero sigues queriendo interpretar lo que sucede, puede conducirte a sufrir una alucinación».
¿En qué consistía el experimento?
Una vez que los ratones habían sido inducidos a una alucinación debían mirar hacia una pantalla en la que observaban imágenes, momento que los científicos aprovecharon para estudiar su actividad cerebral. Detectaron que el alucinógeno amortiguaba de alguna manera la información visual entrante, por lo tanto la alucinación se producía por la mala interpretación de la información visual del mundo que les rodeaba.
A pesar de que Niell y todo el equipo se siente esperanzado por los resultados, creen que aún les queda mucho por indagar: «No siento que hayamos encontrado la respuesta a la causa de las alucinaciones, pero probablemente sea una parte importante de ella».
Fuente: Discover Magazine
Alberto Pascual García