El océano captura y almacena gran parte del dióxido de carbono (CO2) generado por la actividad humana. Gracias a ello, el cambio climático no es tan severo. Los científicos saben que esta capacidad tiene un límite, aunque no saben precisar cuánto. Hasta el momento. Un grupo internacional de investigadores, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado una red de observación que les permitirá precisar este dato, clave para establecer las medidas necesarias para paliar el incremento de CO2 en la atmósfera.
Las conclusiones del estudio, publicado en el último número de la revista Science, muestran que la absorción de CO2 por parte del océano presenta importantes variaciones anuales y que se ve afectada por los cambios climáticos de larga escala.
Los científicos analizaron la cantidad de CO2 presente en la atmósfera y en las aguas superficiales, además de la salinidad y la temperatura del agua. Estos datos se completaron con observaciones por satélite de la temperatura superficial marina y con modelos de circulación oceánica. Para ello, utilizaron los datos recogidos durante seis años por los buques Hespérides y Las Palmas y barcos comerciales equipados con sensores químicos que han colaborado de forma voluntaria.
Redacción QUO