Las bolas de fuego fósil son los restos que pueden quedar después de la explosión de una supernova. El gas dentro de estos restos estelares conserva indicios –silicio y azufre ionizados– que delatan que hubo altísimas temperaturas. Se llaman “fósiles” en el argot astronómico porque albergan “huellas” del pasado.
Redacción QUO
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