El calentamiento global ha sido objeto de estudio en los últimos años. Muchas de las investigaciones se han centrado en el futuro de los arrecifes. Hasta ahora los resultados establecían que las altas temperaturas del agua hacen que mueran muchos de ellos. Y si bien la temperatura aumentó casi un 1ºC a nivel global, un nuevo estudio, publicado en Behavioral Ecology, no solo ha demostrado que la recuperación de los arrecifes puede verse significativamente influenciada por el comportamiento de las especies que viven alrededor de los arrecifes de coral, también sugiere que una mayor temperatura del agua, al aumentar la agresividad de algunos peces, podría conducir a una mejor protección de estos ecosistemas.
Los investigadores, liderados por Jonathan Pruitt, evaluaron la relación entre el comportamiento de los peces y el rendimiento de los corales analizando el comportamiento de los peces damisela (Stegastes nigricans), una especie agresiva que se encuentran alrededor de los arrecifes de coral en climas tropicales y defienden los jardines de algas de la intrusión de otros peces. Este estudio demostró la relación entre las tasas de recuperación de coral y el nivel de agresividad exhibido por los peces al defender sus “jardines”.
En total, el equipo de Pruitt recopiló datos de 29 colonias de peces damisela en la Polinesia Francesa y descubrieron que cuantos más corales había en un territorio, más agresivos eran los peces. Además, los corales plantados experimentalmente en los territorios de peces damisela no agresivos sufrieron 80% más daño que aquellos plantados en los territorios de grupos agresivos.
Así, es probable, sostienen los autores, que la agresividad de los peces sea una parte importante de cómo los arrecifes de coral crecerán y sobrevivirán en entornos futuros.
Si bien el calentamiento de los océanos tiene un impacto negativo en una variedad de procesos biológicos, este estudio sugiere que las temperaturas más cálidas, que a menudo aumentan la agresividad de los peces, podrían mejorar la función protectora de los peces granjeros sobre los corales cercanos.
“Predecir el futuro de los corales requerirá un enfoque sistémico – explica Pruitt –. Si no se tienen en cuenta los procesos ecológicos más amplios, como las interacciones entre las especies, se podrían generar predicciones erróneas sobre el comportamiento de algunos corales en entornos futuros. Incluso un leve aumento de la temperatura puede afectar negativamente ciertos procesos fisiológicos de los corales. Sin embargo, este estudio muestra que los pequeños aumentos podrían proporcionar una mayor protección a los peces residentes. Obviamente, esto no puede durar para siempre. Sin embargo, toda la protección del mundo no importará si los corales no pueden alimentarse por sí mismos”.