Un estudio reciente de libros de texto dirigidos a cursos introductorios de biología, muestra que dedican menos del 1% a hablar sobre insectos, los cuales constituyen más del 60% de las especies animales. Los autores del estudio argumentan que esto proporciona una base deficiente para comprender los ecosistemas, la biodiversidad y otros aspectos centrales de la investigación biológica.
“Los insectos son esenciales para todos los ecosistemas terrestres y desempeñan funciones importantes en todo, desde la agricultura hasta la salud humana – sostiene Jennifer Landin, principal autora del estudio –, pero nuestro análisis muestra que los estudiantes que realizan cursos básicos de biología no están aprendiendo prácticamente nada sobre ellos”.
El equipo de Landin, cuyas conclusiones se han publicado en American Entomologist, quería ver cómo los libros de texto introductorios de biología han cambiado a lo largo del tiempo. Específicamente, analizaron cómo abordaban temas relacionados con la biodiversidad. Para ello, evaluaron 88 libros de texto publicados entre 1906 y 2016.
Desde 1906-1920, los libros de texto incluían un promedio de 32,6 páginas dedicadas a insectos, lo que representa aproximadamente el 8,8% del total de páginas. Desde el 2000 hasta el 2016, los libros de texto dedican un promedio de 5,67 páginas a los insectos, o solo el 0,59%.
«Esto es problemático porque pone a los estudiantes en desventaja cuando se trata de comprender cómo funcionan los ecosistemas; tienen muy pocos antecedentes sobre especies clave – añade Landin –. Y, a largo plazo, significa que los estudiantes pueden carecer de la información que necesitan para identificar cambios en la población que podrían tener efectos significativos en los ecosistemas, incluidos los efectos con ramificaciones para la salud y el bienestar humanos».
Los investigadores también observaron que los libros de texto, con el tiempo, se centraban menos en la relación entre los humanos y los insectos.
“No existimos como parte de la naturaleza – concluye Landin –. Los humanos y los insectos, por ejemplo, tienen efectos directos entre sí, y eso ya no se presenta claramente en la literatura de enseñanza. Si queremos capacitar a una nueva generación de científicos que estén equipados para ayudarnos a enfrentar los desafíos globales y un entorno cambiante, debemos asegurarnos de que tengan una base sólida. Eso ciertamente incluye una comprensión profunda de las especies que conforman gran parte de la vida en la Tierra”.
Juan Scaliter