El megalodón o megalodonte, un tiburón depredador gigante (casi tres veces más grande que los tiburones blancos de mayor tamaño), probablemente se extinguió al menos un millón de años antes de lo que se pensaba anteriormente. Esa es la conclusión de un reciente estudio publicado en PeerJ y liderado por Robert Boessenecker.
Los estudio anteriores habían utilizado una muestra mundial de fósiles que sugería que el Megalodon Otodus, un tiburón de unos 18 metros de largo, se extinguió hace 2.6 millones de años.
Sin embargo, el equipo de Boessenecker observó que en muchos lugares había problemas con los datos relativos a fósiles individuales en la estimación de la fecha de extinción y analizó cada aparición fósil de este gigante en el registro de rocas de California y Baja California (México).
Lo que descubrieron fue que los registros fósiles estuvieron presentes hasta el final de la época del Plioceno, hace 3,6 millones de años. Todos los fósiles posteriores tenían una mala procedencia de los datos y probablemente provenían de otros sitios fósiles o mostraban evidencia de erosión de depósitos más antiguos.
«Utilizamos el mismo conjunto de datos que otros investigadores – explica Boessenecker –, pero examinamos a fondo cada aparición de fósiles y descubrimos que la mayoría de las fechas tenían varios problemas: fechas imprecisas, fósiles que se identificaron erróneamente o fechas antiguas que se han modificado desde entonces. Después de realizar ajustes a la muestra y volver a analizar estadísticamente los datos, encontramos que la extinción del megalodonte debe haber ocurrido al menos un millón de años antes de lo que se determinó previamente”.
Este es un ajuste sustancial, ya que significa que este tiburón probablemente se extinguió mucho antes de que desaparecieran antepasados de las focas, marsopas, delfines y ballenas, hace unos 1 a 2,5 millones de años.
“Lo más probable es que se deba a un período de recambio faunístico (muchas especies se extingan y aparezcan muchas nuevas)– concluye Boessenecker –, en lugar de una verdadera extinción inmediata y catastrófica causada por un cataclismo”.
Los investigadores especulan que la competencia con el nuevo gran tiburón blanco moderno (Carcharodon carcharias) es una de las razones más probables de la extinción del megalodonte.