El arqueólogo David Anderson recogió el guante cuando el pasado mes de febrero el popular presentador y comediante Joe Rogan se refirió en su show The Joe Rogan Experience al mito creado en torno al rey maya K’inich Janaab Pakal, cuya imagen grabada en su sarcófago ha sido interpretada como una nave espacial. ¿Extraterrestres en las sofisticadas sociedades mayas? Inmediatamente, Anderson, profesor de la Universidad de Radford, en Virginia explotó en Twitter invitando a Rogan a conocer el verdadero significado de la nave espacial: un árbol, un elemento muy común en la simbología maya. Su aclaración dio pie a una cadena de comentarios, más o menos agradables.
Es solo una anécdota en la pseudoarqueología que, según Anderson, está invadiendo los programas de televisión y otros medios de comunicación, explotando el atractivo del misterio y lo paranormal y dando pie a creencias absurdas. Ejemplo de ello es la idea común de que los extraterrestres ayudaron a construir las pirámides egipcias y mayas. A partir de este episodios, un grupo de expertos ha propuesto una movilización contra la desinformación que frene la expansión de las fake news en arqueología, una disciplina que, desde hace mucho tiempo, está en el corazón de la falsedad.
La alarma es aún mayor al conocer un informe que acaba de publicar Science con los miedos de los estadounidenses. Según la última encuesta Chapman University de American Fears Wave 5, más del 40% están convencidos de que los extraterrestres visitaron la Tierra en el pasado. El dato es sorprendente si se compara con el 27% en 2016. El 57% cree en civilizaciones avanzadas como Atlantis y en también en casas embrujadas. “Realmente no sé qué impulsa estas ideas, pero los programas de televisión, igual que internet, están difundiendo informaciones falsas”.
El engaño tiene rostro
El antropólogo Carl Feagans habla de arqueología basura y señala a un culpable: la televisión. «Pregúntele a alguien más que esté en esta guerra de arqueología real-falsa / fantástica / fraudulenta quién es el enemigo, y los sacudirá como si tuvieran un mazo de cartas con sus nombres y caras: Hancock, Foerster, Däniken, Tsoukalos, Osmanagich…» Pero reconoce que son los enemigos que los científicos permiten. «Tendríamos que hacer que la arqueología sea menos misteriosa y más inclusiva para el público lego. Los científicos deberíamos dejar de escribir para nosotros mismos y comenzar a pensar más en el consumidor». Dice que es posible y recuerda a Carl Sagan cuando, en 1981, su libro ‘Cosmos’ estaba en la lista de los más vendidos.
Marian Benito