Más de la mitad de todas las muertes prematuras se producen en hombres y entre ambos géneros suman más de 94 millones. Para evitar esto, un equipo de científicos, liderados por Goodarz Danaei sugiere tres sencillas intervenciones que prevendrían las casi 100 millones de muertes anuales.
Las medidas, publicadas en Circulation, se basan en un esfuerzo a nivel global para reducir la presión arterial, el consumo de sodio y eliminar las grasas trans de la dieta. Solo con esto se podría reducir drásticamente la incidencia de muertes prematuras por enfermedad cardiovascular en un cuarto de siglo. Lo inesperado, a primera vista, es que las regiones que se espera que se beneficien más de las intervenciones no son Europa o Estados Unidos, sino Asia oriental, el Pacífico y Asia meridional, así como países en África subsahariana.
El equipo de Danaei estimó que aumentar el tratamiento de la presión arterial alta al 70% de la población mundial podría prolongar la vida de 39,4 millones de personas. Reducir la ingesta de sodio en un 30% podría evitar otros 40 millones de muertes y también podría ayudar a disminuir la presión arterial alta, un factor de riesgo importante para CVD. Y, eliminando las grasas trans, se podrían prevenir 14.8 millones de muertes prematuras. Los investigadores reconocen que ampliar las tres intervenciones sería un «gran desafío», una iniciativa que obliga a gobiernos y organismos sanitarios a comprometer recursos adicionales, pero se trata de intervenciones alcanzables y asequibles.
«Centrar nuestros recursos en la combinación de estas tres intervenciones puede tener un enorme impacto potencial en la salud cardiovascular en el futuro inmediato – concluye Danaei –. Estas son metas realistas que han demostrado ser alcanzables en escalas más pequeñas, pero necesitamos el compromiso de ampliar los programas para lograrlos a nivel mundial”.
Juan Scaliter