Cuando un yacimiento se descubre por obras, existe un protocolo de acción muy preciso que busca preservar los hallazgos y, simultáneamente, detener el mínimo tiempo posible los trabajos. Un fémur de 1,7 metros fue el descubrimiento que provocó que se paralizaran las obras del AVE y permitió descubrir el yacimiento de Lo Hueco, en Cuenca.
Redacción QUO