La mayor parte de la Tierra que podemos ver hoy en día tiene unos dos millones de años. Sin embargo, la formación del planeta es mucho más antigua.
Un geoquímico estadounidense Clair Patterson recibió como encargo medir el plomo de un tipo de roca en la Tierra y de un meteorito extraterrestre. Eran los años 1940. Aquello significaba mucho más que conocer la cantidad de plomo oculto. Sus cálculos darían como resultado la edad geológica de la Tierra. Patterson construyó un laboratorio para el proyecto, y el resultado le dio 4.550 millones de años, con un margen de error de solo setenta millones de años.
Patterson descubrió algo más. Observó que la concentración de plomo eran superiores en la superficie del mar que en el fondo marino, y en la nieve que en las capas heladas más profundas.
El responsable de todo aquel plomo adicional provenía de la gasolina. Su lucha contra las petroleras llevó a la aprobación en 1970 de una ley histórica, la Ley de Aire Limpio que obligó a retirar del mercado la gasolina con plomo.
Las nuevas medidas de la edad de la Tierra
No toda la Tierra tiene los mismos años. «Depende de a lo que te refieras con tierra», dice Milan Pavich, geóloga del Servicio Geológico de Estados Unidos. «Las rocas sedimentarias más antiguas tienen unos 3.900 millones de años -están en Groenlandia- y, en un momento dado, fueron tierra. Eso se acerca bastante a la época en que se formó el planeta». Sin embargo, la que tienes en el jardín es mucho más fresca.
«La mayor parte de la tierra que podemos ver hoy en día tiene unos 2 millones de años», asegura Pacih. Hace unos 2 millones de años, hubo dos grandes cambios en el planeta, que provocaron la formación de tierra nueva».
De dónde salió la tierra nueva
El enfriamiento y la desecación global hicieron que los desiertos fueran más grandes, y las tormentas de arena distribuyeron la tierra por todo el globo. Mientras tanto, los glaciares empezaron a extenderse desde los polos, triturando las rocas, las plantas y cualquier otra cosa a medida que avanzaban.
Se sigue produciendo tierra continuamente, pero en cantidades mucho menores. Bajo la superficie del suelo, las rocas reaccionan a la lluvia y a las aguas subterráneas, y lentamente se erosionan y se rompan formando minerales más pequeños.
«La tierra y su origen son más antiguos que las estrellas»
De modo que la tierra no es tan vieja. Sin embargo, hay otro modo de verlo. Si buscamos cual fue su origen, hay que sumar muchos más años a nuestro planeta. Tal y como añade Pavich, gran parte de lo que quedó después del Big Bang fue esencialmente polvo, que luego se condensó para formar las estrellas y, más tarde, los planetas. «Si lo piensas un poco», concluye, «la tierra y su origen son más antiguos que las estrellas».
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