En 1893, el anatomista alemán Robert Wiedersheim publicó una lista de 86 “vestigios” humanos, órganos que hanbían perdido su importancia fisiológica a lo largo de la evolución.
Desde entonces, la ciencia ha descubierto la función de muchos de ellos, como el papel inmunitario de las amígdalas o las vegetaciones. Ahora, el biólogo de la Universidad de Viena (Austria) Gerd Müller quiere recuperar el concepto. Define las estructuras vestigiales como aquellas que no conservan, al menos en parte, sus funciones primigenias, pero pueden mantener algunas o desarrollar otr as nuevas. Aquí tienes una lista con las principales pruebas que aún llevamos puestas de nuestro pasado evolutivo .
Redacción QUO