Casi como una carrera armamentísitca, como una batalla evolutiva… Con tales expresiones se refieren se refieren los miembros de un equipo de investigadores de la Universidad de California a la lucha que se produjo en el ADN de nuestra especie para dar lugar al genoma actual. Una lucha que tuvo como protagonistas a las secuencias móviles de ADN, conocidas como «retrotransposones» o «genes saltarines» y los genes que han evolucionado para controlarlos, también llamados represores.
Y es que los investigadores californianos han identificado, por primera vez, los genes humanos que conforman las proteínas represoras para desactivar los llamados genes saltarines específicos, y que trazaron así la rápida evolución de los genes represores que se produjo en el linaje de los primates.
Los resultados del estudio, que han sido publicados en la revista Nature, confirman que los genomas de primates han sufrido repetidos episodios en los que mutaciones en genes saltarines les permitieron escapar de la represión, impulsando la evolución de nuevos genes represores, y así sucesivamente.
La creencia más aceptada es que los llamados retrotransposones o genes saltarines son restos de antiguos virus que infectaron a los primeros animales e insertaron sus genes hará unos dos millones de años. Ahora, los genes saltarines sólo pueden replicarse a sí mismos, pero dependiendo de dónde quede insertada una nueva copia dentro del genoma, uno de estos eventos de salto podría provocar una mutación que causase enfermedades. Por es emotivo, la evolución ha favorecido la aparición de mecanismos (los llamados genes represores a los que nos referíamos) que los neutralicen.
Redacción QUO