El cambio climático podría tener más impacto en nuestra salud de lo que habíamos pensado. Según una investigación realizada por un equipo internacional de científicos publicada en la revista The Lancet, el calentamiento global ejerce una amenaza tan grande que podría tirar por tierra los avances médicos logrados los últimos 50 años, ya que plantea «un riesgo catastrófico» para la salud pública en consecuencia del aumento del riesgo de la propagación de enfermedades, inseguridad alimentaria y la contaminación del aire, entre otros muchas cosas.

«Si enmarcamos el cambio climático como un problema de salud y no sólo como un desafío medioambiental, económico o tecnológico, se hace más que evidente que estamos frente a una situación que golpea al corazón de la humanidad«, explica Richard Horton, editor de The Lancet.

Algunos de los riesgos que plantea el cambio climático, según el informe, son más que evidentes. Por un lado están los fenómenos meteorológicos extremos como tormentas de nieve, huracanes o tornados, que matan o se cobran multitud de heridos y que se espera que cada vez sean más frecuentes. También más personas estarán expuestas a riesgos como las olas de calor.

Otras consecuencias del calentamiento global son más inesperadas. La contaminación del aire puede causar alergias y asma, la sequía conducir a una disminución de la agricultura y, por ello, escasez de alimentos. Por no hablar de la pérdida del ecosistema, que podría ayudar a poner ciertas plagas en contacto con los seres humanos y aumentar considerablemente el número de enfermedades transmitidas por vectores.

Según explican los autores de la investigación, el cambio climático está provocando una emergencia sanitaria y puede llegar a «minar los logros conseguidos en los últimos 50 años en términos de desarrollo y salud» afirma tajantemente la comisión de expertos en biodiversidad, políticas públicas y epidemiología. A pesar del potencial devastador que tiene el calentamiento global para la salud, los investigadores sostienen que el cambio climático presenta una oportunidad estupenda para estructurar lo que ellos denominan «sistemas de salud más resistentes«. La necesidad de frenar esta amenaza para la salud pública puede inspirar a que nos decantemos por un cambio a la energía limpia, mayor inversión en investigación médica y un cambio estructural en las ciudades con el fin de apoyar estilos de vida más saludable como andar en bicicleta, lo cual no es solo bueno para frenar la polución, sino que quita presión a tu bolsillo y mejora la salud.Si nos lo proponemos, «podemos salvar innumerables vidas, reducir la propagación de enfermedades y garantizar un suministro seguro de alimentos» afirma Kim Knowlton, científico del Consejo de Defensa de Recursos Naturales. «Nuestros hijos y las generaciones futuras cuentan con nosotros«.

Fuentes:

press.thelancet.com | reuters.com | nytimes.com | telegraph.co.uk | time.com |

Redacción QUO