Nadie sabe con seguridad qué sucede dentro de un agujero negro a día de hoy. A pesar de las diversas aproximaciones y precisiones acerca de la naturaleza de este fenómeno, lo más probable es que dentro encontremos la muerte. O quizá no, según un reciente estudio.
Si un día viajáramos a un agujero negro nos encontraríamos con enormes cantidades de materia y energía concentradas en un espacio diminuto. Estaríamos sobre curvas de espacio-tiempo dilatadas ‘hasta el infinito’, capaces de destruir la materia en cuestión de segundos.
Según un estudio reciente del Instituto de Física Corpuscular de Valencia (IFIC – CSIC-UV), tal vez la materia podría sobrevivir dentro de estas regiones espaciales, gracias a una ‘puerta’ hacia un agujero de gusano.
La investigación se basó en un agujero negro estándar, sin apenas capacidad para girar y con una gran carga eléctrica. Las ecuaciones apuntan a la presencia de un agujero de gusano más pequeño que un núcleo atómico. Éste, sin embargo, se vuelve más grande cuando se carga en el agujero negro.
En un viaje al interior de uno, al llegar a un agujero de gusano perderíamos el contacto con la fuerte gravedad para dejar de estirarnos como un chicle boomer y recuperar nuestra forma original.
A partir de objetos similares
Emplearon los cristales de grafeno como muestra para comparar, no exactamente por su aspecto, sino por su potencial para establecer analogías con lo que sucede en el interior de un agujero negro.
“Justo como los cristales, que tienen imperfecciones en su estructura microscópica, la región central de un agujero negro puede interpretarse como una anomalía en el espacio-tiempo”, compara, añadiendo que en su vocación de conocerlos con profundidad, han tratado de emplear los mejores modelos posibles de la naturaleza.
Llevando la representación al terreno matemático, los investigadores situaron en el centro de los agujeros negros un punto central esférico. Esta superficie la interpretaron como un agujero de gusano en el interior de un agujero negro.
“Es la primera vez que respondemos el problema de la singularidad. Al haber una puerta en el centro del agujero negro, el tiempo y el espacio pueden continuar”, señala Olmo.
Según la teoría general de la relatividad, para que se dé una singularidad ha de haber un punto con volumen cero y densidad infinita. Es decir, una zona dentro del espacio-tiempo donde existen ‘vacíos legales’ respecto a los campos gravitatorios o las curvaturas. Los lugares que tal vez nos permitan viajar a otras galaxias en el futuro o morir en el intento.
Redacción QUO