La revista Science publica seis nuevos estudios con información que la sonda Dawn ha enviado mientras se encuentra en la órbita de Ceres, el objeto más grande del cinturón de asteroides (entre Marte y Júpiter). En ellos se habla sobre la presencia de agua y partículas solares energéticamente cargadas en su superficie, de las grietas y los cráteres y de los minerales presentes en este mundo de roca y hielo.
Pero uno de los más impactantes es el realizado por el equipo dirigido por Ottaviano Ruesch, de la Nasa. Gracias a las pruebas aportadas por la sonda Dawn, el equipo de Ruesch afirma que han identificado una formación criovolcánica en Ceres llamada Ahuna Mons. La evidencia de criovulcanismo en ciertos objetos celestes era algo que se asumía, pero que hasta ahora había sido difícil de encontrar.
La montaña en forma de cúpula, tiene una base elíptica de unos 17 kilómetros y una parte superior cóncava que llega a los 4 kilómetros de altura, así como otras propiedades que indican criovulcanismo. Los autores del artículo, utilizaron modelos para determinar la edad de Ahuna Mons y descubrieron que se habría formado después de los cráteres que lo rodean, lo que sugiere que tiene un origen relativamente reciente. Aunque el material exacto que expulsa el criovolcán no se puede determinar sin más datos, los autores proponen que se trata de sales de cloro, que han sido previamente detectadas en otras regiones de Ceres.
El criovulcanismo aporta importante información sobre la geología, la química y los sistemas de energía en cuerpos como este.
Juan Scaliter