Las imágenes del Antes y el Después, son un clásico en la publicidad que permiten detectar el enorme cambio al que ha sido sometido un objeto o persona. Pero en este caso, un grupo de expertos de la Universidad Cornell y la Estatal de Arizona, han utilizado imágenes de la Luna obtenidas desde 2009 por el Lunar Reconnaissance Orbiter Camera (LROC) para comparar lo que ocurre a lo largo de los años en la superficie selenita. Y el resultado, publicado en Nature, es asombroso.
De acuerdo con los expertos, la Luna es bombardeada por tanto material espacial que los impactos reconfiguran por completo su rostro cada 81.000 años. En promedio, cada año, nuestro satélite es sacudido por unos 180 impactos que producen cráteres de al menos 10 metros de diámetro. Es un 33% más de lo que predecían los modelos con los que hasta ahora trabajaban los científicos. Y esto fueron solamente los que lograron observar. “Extrapolando esos números a la superficie total de la Luna – explican los autores en el estudio – podemos deducir cuántos impactos recibe cada año”. El estudio también señala miles de pequeños impactos que han dejado marcas y cicatrices, aunque no tan grandes, sí muy frecuentes.
Pese a que la Tierra también está sujeta a este tipo de bombardeo espacial, más de 100 toneladas de partículas del tamaño de un grano de arena “llueven” a diario, nuestra atmósfera nos protege. Mientras la Luna tiene apenas 100 moléculas de gases por centímetro cúbico, a nivel del mar, nuestro planeta llega a las 2.7×1019, casi una cortina de hierro contra el bombardeo espacial.
Juan Scaliter
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