Marte no deja de darnos sorpresas. Y, más allá de las numerosas ilusiones ópticas que hacen que muchos crean ver en su superficie cosas tan estrafalarias (e inexistentes) como una sirena o una calavera, ahora el robot explorador Curiosity acaba de realizar un descubrimiento realmente sorprendente.
Se trata de los restos de un meteorito de níquel y hierro. Y lo que lo hace tan especial es su singular aspecto, ya que su superficie parece tan suave que da la impresión de que lo hubieran pulido. Pero, que nadie se emocione más de la cuenta, ya que los astrónomos se han apresurado a explicar que esa circunstancia se debe a causas totalmente naturales, y no a la intervención de hipotéticos alienígenas.
El meteorito ha sido bautizado como Egg Rock y, según los investigadores, procede del cinturón de asteroides cercano al Planeta Rojo. Marte es un lugar idóneo para estudiar los meteoritos porque que apenas hay oxígeno y humedad que los erosionen, lo que facilita que se conserven en buenas condiciones durante millones de años.
Fuente: http://redplanet.asu.edu/?p=20977
Vicente Fernández López
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