El cabello humano tiene una relación de resistencia y peso comparable al del acero. Se puede estirar hasta una vez y media su longitud original antes de romperse. “La naturaleza crea una variedad de materiales y arquitecturas interesantes de una manera muy ingeniosa – explica en un comunicado, el principal autor del estudio, Marc Meyers –. Nuestro equipo buscaba comprender la correlación entre la estructura y las propiedades de los materiales biológicos para desarrollar materiales sintéticos y diseños basados en la naturaleza, que tienen un mejor rendimiento que los existentes”.
Los autores del estudio, publicado en Materials Science and Engineering C, examinaron a nivel nanométrico cómo una hebra de cabello humano se comporta cuando se deforma o se estira. Los resultados mostraron que el cabello se comporta de manera diferente dependiendo de lo rápido o lento que se estire. “Cuanto más rápido se estira el pelo, más fuerte es – añade Meyers –. Es como una sustancia viscosa como la miel, si lo deformas rápido se vuelve rígida, pero si lo haces lentamente, es más fácil de modificar”.
Este cambio estructural permite al cabello soportar una gran cantidad de deformación sin romperse y esa deformación es parcialmente reversible. “Esta es la primera vez que se descubren evidencias de esta transformación», concluye Yang Yu, otro de los responsables de la investigación. El hallazgo permitiría, según los autores, desarrollar nuevos materiales que sirvan de armadura o protección y ayudar en la creación de mejores cosméticos. El próximo paso del equipo es explicar cómo recupera su forma el cabello después de mojarse.
Juan Scaliter