En el Centro Nacional de Investigación de Primates de California (CNPRC) viven 16 macacos, de la especie Macaca mulatta, que son la esperanza masculina de la planificación familiar. Protagonizan un experimento que pretende allanar el camino a los hombres que quieran sustituir la vasectomía por una sencilla inyección en los testículos. Para la compañía que está probando en ellos la eficacia del anticonceptivo, son la versión en primate de la gallina de los huevos de oro.
Los científicos están evaluando la eficacia de Vasalgel, una sustancia que se transforma en gel dentro de los testículos e impide que el semen complete el recorrido hasta el exterior. Según un artículo que publicaron ayer en la revista Basic and Clinical Andrology, los macacos llevan hasta dos años en contacto sexual con las hembras de su grupo y no han tenido descendencia.
Y aseguran que se han presentado pocas complicaciones, y que las que han aparecido han sido similares a las que podrían presentarse si se hubiera recurrido a la vasectomía. El año pasado, otro artículo subrayaba que el mismo compuesto había sido usado con éxito durante un año en conejos, y que, además, habían conseguido revertir el tratamiento. Pero hay que evitar hacerse ilusiones; la prudencia se impone a la hora de digerir tan espectaculares resultados.
La investigación ha contado con la financiación de la Fundación Parsemus, y su fundadora y directora, Elaine Lissner, está entre los firmantes de ambos trabajos. Como la Fundación Parsemus es la única propietaria de Revolution Contraceptives, la única propietaria de Vasagel, la posibilidad de que todos los datos que no hayan avalado el éxito del experimento se hayan quedado fuera del artículo debe ser tenida en cuenta.
Andrés Masa Negreira