Gracias a los datos obtenidos de la Encuesta Nacional Longitudinal de la Juventud, que ha analizado el mismo grupo de estadounidenses seleccionados al azar desde 1979, un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Ohio, afirma que prácticamente no existen diferencias de clase a la hora de comprar comida rápida.
“No es principalmente la gente pobre la que come comida rápida en Estados Unidos – asegura en un comunicado el líder del estudio, Jay Zagorsky – . La gente rica puede tener más opciones, pero eso no les impide ir a lugares como McDonald’s o KFC”.
Para llegar a estas conclusiones, publicadas en Economics & Human Biology, los autores utilizaron datos de unas 8.000 personas a las que se les preguntó acerca de su consumo de comida rápida en las encuestas de 2008, 2010 y 2012. A los participantes, que tenían entre 40 y 50 años en el momento de las encuestas, se les preguntó cuántas veces en los últimos siete días habían comido en “un restaurante de comida rápida como McDonald’s, Kentucky Fried Chicken, Pizza Hut o Taco Bell”.
Los resultados se compararon con las respuestas de los participantes a las preguntas sobre su riqueza e ingresos. En general, el 79% de los encuestados comió comida rápida al menos una vez y el 23% lo hacía tres o más veces. Al dividir a los encuestados en 10 grupos, de acuerdo con sus ingresos, los datos mostraron que el 80% de aquellos que estaban entre el 10% con menos recursos, comían al menos una vez por semana en uno de estos restaurantes, una cifra muy similar a la del 85% correspondiente a los de ingresos medios o al 75% de aquellos con mayor poder adquisitivo.
Otro hallazgo sorprendente fue que las personas cuyos ingresos cambiaron durante los últimos cuatro años (sea si ganaban más o menos), no cambiaron sus hábitos alimenticios.
“Si el gobierno quiere involucrarse y comenzar a regular la ingesta de calorías y mejorar la dieta de los estadounidenses – concluye Zagorsky –, debe basarse en hechos y este estudio ayuda a rechazar el mito de que los pobres comen más comida rápida que otros y por ello podrían precisar campañas específicas”.
Juan Scaliter