Parecía obvio y hasta todos los estudios científicos lo afirmaban: plantar árboles es una estrategia para que las ciudades sean más verdes ya que contribuyen a almacenar el dióxido de carbono, controlar las aguas pluviales y proporcionar sombra, contribuyendo a enfriar ciertas zonas.Por lo tanto era lógico que muchas ciudades europeas y de Estados Unidos fomentaran esta práctica. Pero hay letra pequeña.
Los árboles también liberan compuestos orgánicos volátiles (COV) y cuando hace calor, las plantas liberan niveles más altos de COV.De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) estos compuestos pueden producir dificultades respiratorias, dolores de cabeza, mareos, vómitos y hasta daños en el sistema nervioso. Los COV de origen vegetal no son tan tóxicos como los que emiten los químicos de pinturas o pesticidas, pero sí pueden interactuar con otras sustancias y contribuir a la contaminación del aire. Según el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, “algunos COV son destructores del ozono, como el tetracloruro de carbono, por tanto son compuestos que afectan al fenómeno de disminución de la capa de ozono. Además junto a los óxidos de nitrógeno y la luz solar, son precursores del ozono a nivel de suelo que es perjudicial para la salud provocando daños respiratorios”.
Para intentar saber el efecto de los árboles en la polución, un equipo de científicos liderados por Galina Churkina, comparó mediante modelos informáticos, las concentraciones de contaminantes atmosféricos en el área metropolitana de Berlín en el verano de 2006, cuando hubo una ola de calor, y en el de 2014, que tuvo temperaturas más normales. Los resultados, publicados en Environmental Science & Technology, muestran que durante las olas de calor, la vegetación urbana puede aumentar los niveles de contaminación del aire y la formación de ozono.
La simulación demostró que los COVs provenientes de los árboles de Berlín contribuyeron con entre el 6 y el 20% de la formación de ozono, una cifra que se disparó al 60% durante las oleadas de calor. Eso hace que el equipo de Churkina sugiera que, junto a la estrategia para plantar árboles en zonas urbanas, también se tenga en cuenta el trafico local y otras variables que podrían elevar el número de COVs en el aire.
Juan Scaliter
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