Un experimento futurista que simula condiciones ambientales más cálidas, ha demostrado que la vegetación propia de las turberas (humedales en los que se ha acumulado materia orgánica en forma de turba) responde a temperaturas más altas con un período de crecimiento más temprano y más largo. Los resultados, publicados en Nature, revelan que aumentar el calor acelera los procesos de la primavera en árboles maduros, arbustos y musgos y retrasa el cambio de color propio del otoño.

Los nuevos hallazgos mejorarán los modelos predictivos de cambio ambiental y pueden tener implicaciones para los bosques de todo el planeta.

“Esta es la primera vez que hemos podido confirmar la respuesta de la vegetación a este rango de temperaturas, que supera lo que se puede encontrar en el registro histórico – explica Andrew Richardson, coautor del estudio, en un comunicado – . Hasta ahora habíamos sido incapaces de prever el papel determinante de la temperatura en la extensión de la actividad de las plantas”.

El equipo de Richardson utilizó la observación directa y la fotografía de repetición digital para medir el verdor de las plantas durante tres años en el estudio Spruce and Peatland Responses Under Changing Environments, un ecosistema a escala desarrollado y operado por el Laboratorio Nacional Oak Ridge.

Estudios previos basados en datos históricos, indicaban que la reducción de la luz diurna, a medida que termina el verano y comienza el otoño, era el principal impulsor de los cambios en las plantas, y que la temperatura tenía poco impacto.

Sin embargo esta nueva investigación demuestra que las temperaturas elevadas desencadenan la actividad de las plantas, incluso en el otoño a medida que disminuye la exposición a la luz solar.

Las plantas en la zona más cálida de varias áreas de estudio, con una temperatura de entre 2 y 3º C más que la temperatura ambiente, permanecieron verdes y funcionales hasta seis semanas más. El aspecto negativo es que perdían su protección contra el frío invernal a principios de la primavera, dejándolas vulnerables al daño de las hojas y los tallos durante heladas inesperadas.

Juan Scaliter