Casi toda la vida en la Tierra se basa en que el ADN se copie o se reproduzca. Ahora, por primera vez, los científicos han sido capaces de ver este proceso en una molécula de ADN y el resultado, publicado en la revista Cell, es muy distinto al que se creía hasta la fecha: la replicación es aleatoria y varía en velocidad.
Se trata de un modo distinto de pensar en la replicación – explica Stephen Kowalczykowski,uno de los autores del estudio en un comunicado – . La velocidad puede variar aproximadamente diez veces. También hemos demostrado que no hay coordinación entre las hebras, son completamente autónomas”.

Usando sofisticadas tecnologías de imagen y mucha paciencia, el equipo de Kowalczykowski logró observar cómo el ADN de la bacteria de E. coli se replicaba. El primer paso de este proceso es una enzima llamada helicasa que desenrolla y «descomprime» la doble hélice en dos hebras simples. Una enzima llamada ARN primasa adhiere un “interruptor” a cada hebra lo que permite que comience la replicación. Finalmente la enzima polimerasa se adhiere al interruptor y se mueve a lo largo de la hebra añadiendo nuevas «letras» para formar una nueva hélice doble.
Para llevar a cabo el experimento, los científicos utilizaron un fragmento circular de ADN, a medida que la maquinaria de replicación gira alrededor del círculo, el fragmento se alarga. Los responsables del hallazgo podían activar o desactivar el proceso añadiendo o eliminando diferentes químicos. Para poder detectar adecuadamente el mecanismo, se utilizó un colorante fluorescente que se une al ADN e iluminaba los fragmentos a medida que se desarrollaban.

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Juan Scaliter