Una de los grandes obstáculos de los wearables es la batería: ¿cómo hacer para que alimente el mayor tiempo posible al dispositivo ocupando el mínimo de espacio? A eso se une un elemento fundamental: si no hay que recargarlo y utiliza fuentes renovables, mejor aún.
Ahora un equipo de la Universidad de California, San Diego han dado con una opción sorprendente: el sudor.
Liderados por Joseph Wang, han creado un parche de unos 3 centímetros cuadrados que se adhiere a la piel y, por medio de enzimas, convierte el ácido láctico en el sudor en energía. El parche permitió que una radio funcionara durante dos días.
El avance tiene importantes ventajas. Al utilizar enzimas para obtener energía, se evita el uso de metales pesados, esto es algo que previamente se había conseguido, pero el nuevo parche tiene una eficacia en la conversión de energía 10 veces superior a otros modelos.
El otro punto a favor es que, al trabajar con células biológicas el parche también puede servir para controlar variables médicas. El ácido láctico es un indicador de la eficacia muscular por ejemplo, pero también se podrían utilizar parches como estos para medir la glucosa, los niveles de sales minerales en el sudor (y aconsejar detenerse para hidratarse).
Los autores del estudio señalan en una entrevista a New Scientist que, “estamos obteniendo cada vez niveles más alyos de energía. Si fuéramos a correr, podríamos recargar un dispositivo móvil”.
El estudio, publicado en Energy and Environmental Science, abre una importante puerta que también debe contemplar regulaciones médicas y ser aprobado por las agencias correspondientes.
Juan Scaliter