Los rangeomorfos habitaron los océanos de la Tierra entre 635 y 541 millones de años atrás. Tenían cuerpos blandos compuestos de ramas, cada una con ramificaciones laterales más pequeñas, con una forma geométrica conocida como fractal, que se puede ver hoy en como pulmones, helechos y copos de nieve.
Dado que los rangeomorfos no se asemejan a ningún organismo moderno, es difícil comprender cómo alimentaban, crecían o se reproducían (aunque algunos señalan que podrían ser los pionero en cuanto a reproducción sexual) , y mucho menos cómo podrían vincularse con cualquier grupo moderno. Sin embargo, aunque guardan cierta similitud con las plantas, los científicos creen que pueden haber sido algunos de los primeros animales que vivieron en la Tierra.
Los rangeomorfos podían medir entre pocos centímetros y dos metros, en una época en la que la mayoría de los organismos era microscópicos. Lo que ha llevado a muchos científicos a preguntarse cuándo se produjo este cambio y por qué.Ahora expertos de la Universidad de Cambridge y el Instituto Tecnológico de Tokio, han determinado cómo los rangeomorfos, fueron capaces de crecer tanto, cambiando su tamaño corporal y forma a medida que extraían nutrientes del entorno.
Los resultados, publicados en la revista Nature Ecology and Evolution, también podrían ayudar a explicar cómo la vida en la Tierra, evolucionó para que pudieran existir enormes organismos como los dinosaurios y las ballenas azules.
«Lo que queríamos saber – explica Jennifer Hoyal Cuthill, principal autora del estudio –, es por qué estos grandes organismos aparecieron en este punto en particular de la historia de la Tierra. Aparecen súbitamente en el registro fósil con un tamaño muy grande. ¿Fue simplemente una coincidencia o un resultado directo de los cambios en la química del océano?”.
El análisis realizado por el equipo de Hoyal Cuthill señala que las tasas de crecimiento dependían de los nutrientes. Todos los organismos necesitan nutrientes para sobrevivir y crecer, pero los nutrientes también pueden dictar el tamaño y la forma del cuerpo. Esto se conoce como «plasticidad ecofenotipica». Los autores del estudio sugieren que los rangeomorfos no sólo muestran un fuerte grado de plasticidad ecofenotipica, sino que esto proporcionó una ventaja crucial en un mundo dramáticamente cambiante. Por ejemplo, los rangeomorfos podrían rápidamente cambiar de forma, aumentando su tamaño si el mar comenzaba a exhibir niveles elevados de oxígeno.
«Durante el periodo Ediacarán, se produjeron grandes cambios en los océanos de la Tierra – añade Hoyal Cuthill –, esto pudo haber desencadenado el crecimiento, de modo que la vida en la Tierra empieza a ser mucho mayor. Probablemente es demasiado pronto para concluir exactamente qué cambios geoquímicos fueron responsables de esta variación en el tamaño, pero hay importantes claves, especialmente el aumento del nivel de oxígeno”.
A este cambio en la química del océano siguió una era de hielo a gran escala conocida como la glaciación de Gaskiers. Durante este periodo, cuando los niveles de nutrientes en el océano eran bajos, los rangeomorfos parecen haber mantenido un tamaño pequeño, pero con al producirse un aumento súbito de oxígeno u otros nutrientes, se hicieron posibles tamaños de cuerpo mucho mayores, incluso en organismos con la misma estructura genética.
Juan Scaliter