El aumento de las temperaturas debido al calentamiento global hará que muchos aviones tengan cada vez más dificultades para despegar en las próximas décadas, según un nuevo estudio publicado en Climate Change (The impacts of rising temperatures on aircraft takeoff performance). Hasta ahora, la mayoría de los estudios se habían centrado en cómo la aviación puede afectar el calentamiento global (los aviones representan alrededor del 2% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero), pero ninguna investigación había abordado el tema desde el otro lado.
A medida que el aire se calienta, se dispersa y su densidad disminuye. En estas condiciones, las alas no consiguen suficiente sustentación y los despegues y aterrizajes se ven afectados. Dependiendo del la elevación del aeropuerto, la longitud de la pista y las medidas y el peso del avión, este puede verse imposibilitado de levantar vuelo hasta que se libere de parte de la carga o se retrase el trayecto hasta horas más adecuadas.
El estudio, liderado por Ethan Coffel, señala que durante los periodos del día con temperaturas más altas, entre el 10 y el 30% de los aviones cargados necesitarían quitar algo de peso (combustible, carga o pasajeros) o esperar horas más frías para volar. Se trata del primer análisis global de este tipo.
«Nuestros resultados sugieren que la restricción de peso puede imponer una importante carga en los costed de las aerolíneas y también impactar en las operaciones de aviación a nivel global”, señala Coffel en un comunicado.
Las temperaturas globales promedio han subido casi un grado centígrado desde aproximadamente 1980, y esto puede estar teniendo un efecto ahora mismo sobre el transporte aeronáutico. A finales de junio, American Airlines canceló más de 40 vuelos desde Phoenix, Arizona, cuando los máximos diurnos sobrepasaron los 48ºC. En todo el mundo, se espera que las temperaturas medias suban hasta 3º C hacia 2100. Pero eso es sólo parte de la historia. Según el estudio, las olas de calor probablemente se volverán más frecuentes, con temperaturas máximas anuales que, en los aeropuertos en todo el mundo, subirán entre 4 y 8 ºC en los años 2080. Son estas olas de calor las que pueden producir más problemas.
«Esto señala los riesgos inexplorados del cambio climático en la aviación – añade Radley Horton, coautordel estudio –. A medida que el mundo se conecta y el transporte aéreo aumenta más y más, puede producirse un efecto cascada que afecte a la economía y otros sectores”.
Juan Scaliter