Llorar al picar una cebolla es algo bastante habitual aunque, hasta la fecha, no sabíamos exactamente por qué era así. Pero, ahora, una nueva investigación realizada por especialistas de la Case Western Reserve University ha descubierto la causa.
Ya en 2013, un estudio realizado en Japón había revelado que al cortar la cebolla se liberaba una enzima llamada alinasa, que al entrar en contacto con una molécula inodora conocida como trans-(+)-S-(1-propenil)-L-cisteina sulfóxido, causaba una reacción que al entrar en contacto con nuestros ojos, los irrita, provocándonos las lágrimas.
Pero ahora, la nueva investigación ha descubierto que la reacción descrita anteriormente altera el ácido sulfénico que contiene la cebolla transformándolo en un agente lacrimógeno llamado sulfóxido de tiopropanal, que es el responsable último de nuestras lágrimas.
Se da el caso curioso de que investigadores japoneses ya fueron capaces de desarrollar hace dos años unas cebollas que no provocan lágrimas al cortarlas, aunque aún no se han comercializado. Por eso, la única forma de evitar el escozor que producen es, según los autores del estudio, enfriándolas antes de picarlas, ya que el frío ralentiza la formación del sulfóxido de tiopropanal.
Vicente Fernández López
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