La capacidad para resolver problemas nuevos o pensar de modo alternativo podría encontrarse en las conexiones estructurales entre las áreas frontal y parietal del cerebro. Y, según un estudio publicado en Journal of Neuroscience, el grado de conectividad entre estas regiones puede predecir esta habilidad y su importancia.
Un equipo liderado por Carter Wendelken y Silvia Bunge ha descubierto que la actividad coordinada de la corteza prefrontal rostrolateral (RLPFC) y el lóbulo parietal inferior (IPL) se asocia con la capacidad de resolver problemas novedosos en adolescentes de 12 años o mayores. Sin embargo, aún no está claro si esta conectividad funcional es provocada por el constante razonamiento o si lo impulsa.
De acuerdo con los autores, se analizaron múltiples estudios de niños a partir de 6y ello permitió descubrir que la fuerte conectividad estructural entre RLPFC e IPL en los más jóvenes se asocia con el aumento de la conectividad funcional y con una mejora del razonamiento en la adolescencia y la edad adulta. Los resultados sugieren que la conexión anatómica entre estas regiones se desarrolla durante los primeros años escolares y permite una actividad cerebral coordinada útil para una gran variedad de funciones cognitivas importantes a lo largo de la vida.
Juan Scaliter