Algunas mariposas cola de golondrina hacen lo mismo que muchas otras para sobrevivir: imitan patrones de alas, formas y colores de otras especies que son tóxicas para los depredadores.Pero no todas lo hacen. Eso ha llevado a los científicos a preguntarse, ¿qué tipo de cambios genéticos llevaron a estos diversos disfraces, y por qué algunas especies mantienen una forma no disimulada cuando el mimetismo proporciona una ventaja evolutiva obvia?
En un nuevo estudio publicado en Nature Communications, científicos de la Universidad de Chicago analizaron datos genéticos de un grupo de estas mariposas para descubrir cuándo y cómo evolucionó el mimetismo, y qué ha impulsado esos cambios desde entonces. La historia comenzó hace unos dos millones de años, pero en lugar de cambios constantes y progresivos, fue un cambio genético lo que ayudó a crear las primeras imitaciones de cola de golondrina. Y se ha mantenido desde entonces.
«En las mariposas con un patrón de color, – explica Marcus Kronforst, líder del estudio – tenemos un gen en una orientación normal en el cromosoma. En las mariposas con el patrón de color alternativo e inusual, ese gen se giró y luego se unió al cromosoma. Este cambio evita que los dos genes se recombinen si dos tipos diferentes de mariposas se aparean, por lo que algunas especies han conservado ambas copias del gen a lo largo de la evolución, aunque se hayan separado de su ancestro común hace dos millones de años”.
El equipo de Kronforst analizó los datos de la secuencia del genoma completo de Papilio polytes, la mariposa cola de golondrina asiática y varias especies similares para ver cómo se relacionan entre sí. Usando estos datos, dieron con algunas explicaciones alternativas para los orígenes del mimetismo e identificaron factores clave que han mantenido diferentes formas de mimetismo a largo plazo.
De acuerdo con los resultados obtenidos, parece que el mimetismo en realidad tiene un único origen antiguo, cuando el gen doublesex (conocido por su papel en la diferenciación entre sexos, pero que en las hembras, la versión girada dicta los patrones de las alas) giró hace dos millones de años. Desde esa inversión inicial, vieron signos de lo que se conoce como selección de equilibrio. Cuando un tipo de mariposa se vuelve más común, los depredadores se dan cuenta de que no son tóxicas y comienzan a alimentarse de ellas. Esto reduce el número de esa mariposa en particular, hasta que otra sea más común, y así sucesivamente. Finalmente, este proceso se equilibra y conserva el número relativo de cada especie.
Juan Scaliter