La enzima ARN polimerasa III (Pol III) está presente en la mayoría de las células en todas las especies animales, incluidos los humanos. Si bien se sabe que es esencial para fabricar proteínas y para el crecimiento celular, su participación en el envejecimiento no se había explorado hasta ahora.
Un estudio, publicado hoy en Nature por investigadores del University College de Londres, la Universidad de Kent y la Universidad de Groningen, descubrió que la supervivencia de las células de levadura y la esperanza de vida de las moscas y los gusanos se extiende cerca de un 10% luego de reducir, en la edad adulta, la actividad de la enzima Pol III.
«Hemos descubierto un papel fundamental de Pol III en moscas y gusanos adultos – explica Danny Filer, líder del estudio, en un comunicado –: su actividad tiene un impacto negativo sobre la función de las células madre, la salud intestinal y la supervivencia del animal. Cuando inhibimos su actividad, podemos mejorar todas estas variables. Debido a que Pol III tiene la misma estructura y función en todas las especies, creemos que su papel en los mamíferos y los seres humanos, garantiza la investigación y puede conducir a terapias importantes”.
Los efectos de la inhibición de Pol III son comparables a la acción de la rapamicina, fármaco inhibidor de la inmunidad, que se ha demostrado previamente que prolonga la esperanza de vida de ratones y muchos otros animales. Este descubrimiento ayudará a los científicos a comprender el mecanismo de acción de fármacos, que exhiben un poderoso efecto en la esperanza de vida de los mamíferos.
«Es comprensible que esto genere sorpresa – añade Nazif Alic, coautor del estudio –, se trata de una terapia que extiende la esperanza de vida y promueve un envejecimiento saludable, pero se sabe muy poco sobre su funcionamiento, un conocimiento fundamental. Ahora creemos que Pol III promueve el crecimiento y acelera el envejecimiento en respuesta a una señal inhibida por la rapamicina, y que la inhibición de Pol III es suficiente para que las moscas vivan más tiempo. Si podemos investigar más este mecanismo en una gama más amplia de especies, podemos desarrollar terapias específicas”.
La inhibición de Pol III en el sistema digestivo de las moscas y las lombrices fue suficiente para prolongar su vida y cuando Pol III se inhibió solo en las células madre intestinales de las moscas, también vivieron más tiempo.
«Es increíble que podamos hacer un ajuste genético e impactar positivamente en la vida y la salud intestinal, comprender más acerca de las moléculas subyacentes en el trabajo aquí promete nuevas estrategias para terapias antienvejecimiento”, concluye la coautora Jennifer Tullet, de la Universidad de Kent.
Los autores esperan poder continuar su trabajo en Pol III para comprender su función en un organismo adulto, y por lo tanto arrojar luz sobre cómo reducir su actividad puede extender la esperanza de vida.
Juan Scaliter
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