El asteroide 2012 DA 14 llegará esta noche a su máximo punto de acercamiento a la Tierra, atravesando nuestro cinturón de satélites meteorológicos y de comunicaciones, y todos estamos tranquilos, porque sabemos que se quedará a 27.000 km de distancia y lo más que puede destrozar, con muy poca probabilidad, es alguno de esos aparatos.

Sin embargo, esta mañana hemos despertado con la noticia de la caída de un meteorito sobre los Urales, que ha dejado cien muertos en la ciudad de Chelyabinsk y cientos de heridos y considerables daños en las localidades de la región. ¿Podría haber alguna relación entre ambos visitantes? Los asteroides pueden estar acompañados por fragmentos de menor tamaño, e incluso tener satélites que los circunden, pero los expertos llaman a la cautela sobre la explosión, especialmente teniendo en cuenta el hermetismo de las autoridades rusas, que ha dado lugar a diversas especulaciones sobre su origen.

Salvador Sánchez, director del Observatorio Astronómico de Mallorca (OAM), centro que descubrió el 2012 DA, insiste en la precaución sobre el tema y manifiesta que habrá que esperar a conocer, por ejemplo, si “la entrada se ha producido desde el sur hacia el norte”, en coincidencia con la trayectoria que trae el asteroide, porque “si no es así, desde luego estaríamos hablando de una casualidad”.

El equipo dirigido por Jaime Nomen, del OAM, detectó el 2012 DA hace justo un año desde la Estación Robótica que tienen en la Sierra de la Sagra (Granada) dentro del proyecto La Sagra Sky Survey (LSSS), que se ocupa de detectar y seguir objetos cercanos a nuestro planeta, ya sean asteroides como este, satélites o basura espacial.

Hasta ahora sabemos que tiene un diámetro de unos 50 km y que tarda sólo un día más que nosotros en girar alrededor del Sol. Mientras completa su órbita, se volverá a acercar y alejar de nosotros durante las próximas décadas, y se espera una nueva cita para dentro de 40 años. Por ello, se aprovechará esta para reunir datos como su velocidad de rotación, si se trata de un asteroide metálico o formado sobre todo por gas y polvo, y cuál es la distancia a la que finalmente se aproxima, ya que una diferencia de 100 kilómetros puede variar considerablemente el efecto que va a ejercer la gravedad de la Tierra sobre su trayectoria futura.

Podrá observarse desde el hemisferio norte y con prismáticos, aunque lo más que llegaremos a ver, a partir de las 22.15 horas aproximadamente, será un veloz rayo de luz con una intensidad no muy destacada. Pero, si quieres imaginar con más detalle su viaje, puedes echar un vistazo a esta simulación desarrollada por Chris Laurel utilizando su programa Cosmographia:

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A pesar de que el 2012DA14 no representa una amenaza, su visita ha servido para recordar que existe una posibilidad de impacto con un cuerpo mayor, como el que provocó la extinción de los dinosaurios o la famosa explosión de Tunguska. En palabras del astronauta español Pedro Duque “no conocemos ninguna otra catástrofe natural que pudiera causar unos efectos tan enormes como la colisión con un asteroide de un par de kilómetros”.

Ante tal eventualidad, ya existen proyectos dirigidos a evitar el peligroso choque. Mientras la NASA apuesta principalmente por la detonación de una bomba atómica contra él o en su cercanía, el principal proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA), desarrollado por la empresa española Elecnor-Deimos, se llama Don Quijote y propone el envío de dos sondas: Sancho, encargado de llegar al asteroide, orbitarlo para recoger datos sobre su composición y comportamiento y apartarse para dejar paso a la segunda nave, Hidalgo. Esta impactaría contra el objeto para desviarlo. Una vez conseguido dicho objetivo, Sancho volvería a circundarlo para proporcionar datos sobre el efecto que pudieran servirnos para abordar otros proyectos similares en el futuro con mayor precisión.

Esperemos que nunca sea necesario ponerlas en práctica.

Pilar Gil Villar