Muchas organizaciones, incluida la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, defienden la adopción urgente de dietas más sostenibles a nivel mundial. Dichas dietas incluyen un consumo reducido de productos de origen animal, que tienen un mayor impacto ambiental que los productos de origen vegetal. El método de producción de alimentos también puede influir en las dietas sostenibles, también conocida como orgánica. La agricultura orgánica generalmente se considera más respetuosa con el medio ambiente que otras técnicas modernas de producción. Sin embargo, aunque muchos estudios han investigado dietas ambientalmente sostenibles, rara vez han considerado tanto las elecciones dietéticas como el método de producción de los alimentos consumidos.
Un estudio reciente, liderado por Louise Seconda, confirma que una dieta alta en frutas y verduras es mejor para el planeta que una alta en productos de origen animal. El estudio también concluye que los alimentos orgánicos proporcionan significativos beneficios climáticos adicionales si están vinculados a dietas con un consumo primordial de vegetales, algo que no ocurre si el consumo es solo moderado. Publicado en Frontiers in Nutrition, este es el primer estudio que investiga los impactos ambientales de los patrones dietéticos y los sistemas de producción agrícola. También es el primero en investigar el impacto ambiental del consumo de alimentos orgánicos utilizando dietas observadas en lugar de modelos de consumo.
Para hacer esto, los investigadores obtuvieron información sobre la ingesta de alimentos y el consumo de alimentos orgánicos de más de 34.000 adultos. También realizaron evaluaciones de impacto ambiental del ciclo de vida de producción a nivel de granja contra tres indicadores ambientales: emisiones de gases de efecto invernadero, demanda acumulada de energía y ocupación de la tierra.
«Combinando el consumo y los datos de producción agrícola – explica Seconda en un comunicado – descubrimos que, en general, los impactos ambientales relacionados con la dieta se reducen si se trata de una dieta basada en vegetales. El consumo de alimentos orgánicos sumó aún más beneficios ambientales. Por el contrario, el consumo de alimentos orgánicos no aportó beneficios significativos a las dietas con una gran contribución de los productos animales”.
Sin embargo, los investigadores advierten que los efectos ambientales de los sistemas de producción no son uniformes y pueden verse afectados por el clima, los tipos de suelo y el manejo de las granjas.
«No miramos otros indicadores como el uso de pesticidas, la lixiviación y la calidad del suelo que son relevantes para los impactos ambientales de los sistemas de producción – concluye Seconda –. Por lo tanto, los estudios futuros también podrían considerar estos indicadores, así como los impactos de la cadena de suministro y la distribución de la producción de alimentos”.
Los autores también dicen que será importante llevar a cabo más estudios para confirmar estos resultados y ampliar nuestra comprensión de cómo todo el ciclo de vida de la producción de alimentos afecta la sostenibilidad.
Juan Scaliter