El pingüino rey (Aptenodytes patagonicus) es el segundo pingüino más grande después del pingüino emperador, llega a medir un metro de altura. Solo en las isla Crozet pueden encontrarse medio millón de parejas. Excepto por una ligera diferencia de tamaño (los machos son un poco más grandes que las hembras), distinguirlos es una tarea muy compleja.
Ahora, un nuevo estudio, liderado por Hannah Kriesell, del Centro Científico de Mónaco y la Universidad de Estrasburgo, ha conseguido sexar a estas aves con una precisión del 100% en función del patrón silábico específico del sexo de sus vocalizaciones. Hasta hace poco también se utilizaba la longitud del pico, pero la precisión era del 79%.
Los nuevos hallazgos pueden ayudar a los investigadores a comprender cómo el pingüino rey elige a sus parejas, y ofrecen una técnica sencilla y no invasiva para que los investigadores profundicen en su conocimiento sobre estos habitantes de los mares antárticos.
«El patrón silábico específico del sexo en las llamadas del pingüino rey – explica Kriesell en un comunicado –, es un hallazgo muy interesante, tanto desde una perspectiva evolutiva como rara en especies no paseriformes, sino también porque permite a los investigadores con muy poco entrenamiento identificar confiablemente el género de los pingüinos rey, sin necesidad de entrar en contacto con ellos”.
El estudio ha sido publicado en Ibis http://dx.doi.org/10.1111/ibi.12577
Juan Scaliter