La próxima vez que vayas de cañas y terracitas y un escarabajo “caiga” en tu cerveza, dale un minuto, puede que con ese pequeño gesto estés contribuyendo al crecimiento de una sociedad agrícola. Sobre todo si se trata de los escarabajos de la ambrosía (Xyleborus affinis). Estos insectos se sienten atraídos por el olor a alcohol que juega un papel importante en la optimización del rendimiento agrícola de sus cultivos: hongos, una característica de estos escarabajos. Así lo informa un reciente estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
“Se sabe desde hace tiempo que hay árboles, sobre todo aquellos debilitados, que producen alcohol – explica Perter Bierdermann, uno de los líderes del estudio, en un comunicado – y que estos árboles son reconocidos y colonizados por los escarabajos de la ambrosía. A menudo se utilizan trampas con alcohol para atrapar a estos insectos”.
De acuerdo con los resultados obtenidos por los expertos el alcohol (en verdad sus enzimas) permite que los hongos que cultivan estos insectos crezcan de manera óptima en la madera, al mismo tiempo que resulta tóxico para otros microorganismos. Más hongos significa más comida para los escarabajos, y más comida, equivale a más descendencia. Los escarabajos y sus larvas se alimentan de los hongos, que crecen mejor con una concentración de alcohol de alrededor del dos por ciento.
«En este nivel de alcohol – explica el coautor Philipp Benz – , el moho que también crece en la madera y puede considerarse como una mala hierba en la agricultura fúngica, solo crecen semanalmente y no pueden sobrepasar a los hongos. Durante más de 60 millones de años, estos animales han practicado la agricultura con éxito y de forma sostenible, a pesar de tratarse de un monocultivo. Estas características también son de gran interés desde el punto de vista biotecnológico, ya que podrían transferirse a otros sistemas cuando se entiendan mejor”.
Juan Scaliter