El Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención del Reino Unido (National Institute for Health and Care Excellence) ofrece una guía para que los médicos aconsejen a las personas que intentan dejar de fumar. Entre los consejos señalan que los cigarrillos electrónicos son herramientas útiles cuando se intenta dejar de fumar. Sin embargo, evidencia reciente sugiere que los cigarrillos electrónicos, como realmente se usan, en realidad no ayudan a dejar de fumar a la mayoría de los usuarios, y son una puerta de acceso al hábito entre los jóvenes.
Entonces, ¿deberían ser recomendados? El tema es objeto de debate entre expertos en el último número delBritish Medical Journal.
De acuerdo con Paul Aveyard, profesor de Medicina Conductual en la Universidad de Oxford, y Deborah Arnott, directora ejecutiva de Acción sobre Tabaquismo y Salud, los cigarrillos electrónicos son tan efectivos como la terapia de reemplazo de nicotina para dejar de fumar, y muchas personas eligen los cigarrillos electrónicos por encima de la anterior. Los cigarrillos electrónicos son ayudas populares para dejar de fumar, lo que lleva a un aumento en los intentos de dejar de fumar en Inglaterra y Estados Unidos, explican.
Pero Kenneth Johnson, profesor adjunto de la Universidad de Ottawa, afirma que recomendar los cigarrillos electrónicos para dejar de fumar como se promueve y se usa actualmente es irresponsable.
La evidencia general es que los cigarrillos electrónicos, tal como se usan actualmente, no ayudan a dejar de fumar. Los cigarrillos electrónicos, según Johnson, representan un serio riesgo de promover la adicción en las nuevas generaciones de jóvenes fumadores. En un estudio de 2016 entre jóvenes ingleses (11-18 años de edad), los usuarios de cigarrillos electrónicos exhibieron 12 veces más probabilidades de comenzar a fumar (52%) que aquellos que nunca los usaron.
La evidencia directa de un vínculo entre el uso de cigarrillos electrónicos y enfermedades cardíacas surgió a principios de este año. En un estudio realizado entre 70.000 personas, el tabaquismo convencional diario dio como resultado un aumento del factor de riesgo del 172% en el riesgo de ataque cardíaco. El consumo diario de cigarrillos electrónicos, después del uso convencional del cigarrillo, se asoció de forma independiente con un aumento del 79% en el riesgo de infarto de miocardio.
Por lo tanto, en su opinión, “el efecto neto de los cigarrillos electrónicos en el abandono del hábito de fumar es negativo, los altos niveles de uso socavan la reducción del daño y los riesgos de que los más jóvenes se inicien en el consumo de tabaco es un peligro demostrado. Recomendar cigarrillos electrónicos para dejar de fumar, como se promueve y se usa actualmente, es irresponsable «, concluye Johnson.
Juan Scaliter