Existen diferentes criaturas, camaleones, pulpos y ranas, capaces de cambiar de color en respuesta a los cambios en el medio ambiente. Si bien algunos aspectos vinculados a los mecanismos que permiten esto, a nivel anatómico, celular y molecular, son conocidos, otros aún son un misterio. Al mismo tiempo, todavía se requiere mucho trabajo para obtener una comprensión suficiente de este fenómeno y traducirlo en aplicaciones útiles.
Ahora, un estudio publicado en Small y liderado por Yukikazu Takeoka, de la Universidad de Nagoya, demuestra la posibilidad de desarrollar un material que contiene tintes y cristales capaces de cambiar los patrones de color que muestra dependiendo del color de fondo y de la exposición a la luz visible o ultravioleta.
El equipo de Takeokase inspiró en la piel de ciertas ranas, en la que diferentes capas de células con diferentes propiedades se combinan para permitir los cambios de color.
Cada componente de este material juega un papel clave en sus propiedades. Por ejemplo, los tintes se pueden ajustar mezclándose en diferentes proporciones o respondiendo a la luz, mientras que los cristales esféricos producen cambios gracias a sus estructuras microscópicas que pueden interferir directamente con la luz.
“Para evaluar las propiedades del material – explica Takeoka en un comunicado – analizamos qué influencia tenía cada uno de los diferentes componentes en el sistema: qué ocurría si cambiábamos el tamaño de los cristales, el fondo de blanco a negro o la exposición a la luz visible o ultravioleta. Descubrimos que estos cambios daban como resultado la visualización de diferentes colores en todo el material, parecidos a la forma en que algunos organismos pueden cambiar de color en respuesta a diversos factores en su entorno. Si estos materiales artificiales pueden cambiar el color como lo hacen los camaleones, los pulpos y las ranas, podría tener aplicaciones interesantes en el desarrollo de nuevas tecnologías de imagen”.
Juan Scaliter