Por encima de los 105 años, el aumento en el riesgo de muerte por edad se ralentiza, e incluso se estabiliza, según un estudio publicado en Science. Los resultados proporcionan importante información sobre una de las cuestiones fundamentales del envejecimiento humano: ¿hay una esperanza de vida máxima para los humanos? La conclusión es que ese límite, si existe, aún no se ha alcanzado, afirma Elisabetta Barbi responsable del estudio que analizó datos de casi 4.000 voluntarios.
La demografía del envejecimiento es un tema polémico con mucho debate sobre si las tasas de mortalidad continúan aumentando exponencialmente hasta alcanzar edades extremas o logran nivelarse en una meseta (de modo que la probabilidad de morir se mantiene constante para las personas de esa edad o más allá ).
Mientras que algunos estudios que investigan los límites del aumento de los riesgos de muerte por edad han sugerido una meseta en la mortalidad, otros han llegado a una conclusión opuesta: cuanto mejores son los datos, menor es la apariencia de tal nivelación. En este informe, el equipo liderado por Barbi proporcionar pruebas sólidas para el primer caso, apoyando la existencia de mesetas de mortalidad.
Los autores calcularon las tasas de mortalidad a partir de datos sobre trayectos de supervivencia cuidadosamente documentados y verificados de 3.836 italianos mayores de 105 entre 2009 y 2015. Según los autores, los datos utilizados permitieron estimaciones de mortalidad con una precisión sin igual: las tasas de mortalidad, que aumentan exponencialmente con la edad, comienzan a desacelerarse después de cumplir 80 años y luego se acercan a una meseta tras cumplir 105.
Además, los autores muestran que la tasa de mortalidad en mayores de 105 años disminuye ligeramente entre los grupos nacidos dentro del mismo año, lo que sugiere fuertemente que la longevidad humana está aumentando con el tiempo. En otras especies se observan patrones de meseta de mortalidad similares en edades extremas, dando a entender explicaciones evolutivas y estructurales comunes.
Juan Scaliter