Las apolipoproteínas, son proteínas que contienen y transportan lípidos en la sangre. Los niveles de la conocida como ApoA-IV, aumentan después de la digestión de los alimentos, en particular aquellos ricos en grasas insaturadas, como el aceite de oliva. Desde hace tiempo se sabe que los niveles más altos de ApoA-IV en la sangre, se asocian con tasas más bajas de enfermedades cardiovasculares.
Ahora una nueva investigación, publicada en Nature Communications, demuestra que la ApoA-IV es un factor inhibidor de las plaquetas, células sanguíneas pequeñas que juegan un papel clave en múltiples enfermedades, particularmente en hemorragias y enfermedades cardiovasculares.
Estos nuevos hallazgos sugieren que la ApoA-IVactuaría contra la agregación plaquetaria que puede causar oclusión de los vasos que bloquean el flujo sanguíneo y conduce a la trombosis, la causa más común de mortalidad y morbilidad en todo el mundo.
El estudio también descubrió que ApoA-IV tiene su propio ritmo circadiano: está más activa durante la noche y menos por la mañana.
“La Naturaleza quiere que durmamos bien – señala Heyu Ni, líder del estudio en un comunicado –. Así que estamos protegidos por esta proteína mientras dormimos, y es más probable que experimentemos un evento cardiovascular después de despertarnos por la mañana».
Los autores están entusiasmados con estos hallazgos porque muestran que los alimentos con alta cantidad de grasas insaturadas, junto con patrones de sueño adecuados, crean la combinación perfecta para que la proteína ApoA-IV desempeñe un papel positivo en la reducción de las posibilidades de enfermedad cardiovascular, ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.
Juan Scaliter