Los seres humanos estamos fascinados por la hipotética existencia de vida inteligente en otros lugares del Universo. Por eso se creó el proyecto SETI, para rastrear posibles señales extraterrestres. Y, en 1971, se detectó una, bautizada como WOW, cuyo misterio ha permanecido sin desvelar hasta ahora. Pero el astrofísico Antonio Paris acaba de postular una hipótesis que podría poner fin a las esperanzas de quienes creen que esa señal pudiera ser realmente alienígena. Aunque, para confirmar o desmentir su teoría tendremos que esperar todavía hasta 2017.

Foto: Aspecto que tendrá la matriz de telescopios que el SETI planea construir en Berkeley. SKA Project Development Office and Swinburne Astronomy Productions – Swinburne Astronomy Productions for SKA Project Development Office.

Las misteriosas ondas FRB

 Desde 2007 se registraron un total de diecisiete emisiones de ondas de radio de gran velocidad, cuyo origen era completamente desconocido. Hasta 2015, fecha en la que los astrónomos fueron por fin capaces de determinar que provenían de una lejana galaxia elíptica, situada a seis mil millones de años de luz de la Tierra. Y el origen de dichas ondas podía estar en el el choque entre dos estrellas de neutrones.

 

Foto. Telescopio de Arecibo. SETI.

 

El primer pulsar

Fue en 1967, cuando Jocelyn Bell y Anthony Hewish detectaron una extraña señal que les llevó a pensar que podrían haber contactado con una hipotética civilización extraterrestre. Se trataba de una señal de muy corta duración que emitía a intervalos regulares.

 

Poco después, Hewish corroboró que, en realidad, el origen de aquella señal era un pulsar. Se trata de un tipo de estrella dotada de un intenso campo magnético, que induce la emisión de pulsos de radiación electromagnética, a intervalos regulares relacionados con el periodo de rotación del objeto. Por ese descubrimiento, ganó el Premio Nobel.

 

Foto. Imagen de un pulsar. NASA

 

 

WOW

El 15 de agosto de 1977, el radiotelescopio BIG EAR recibió una señal de radio de origen desconocido, durante 72 segundos, proveniente de la zona oriental de la constelación de Sagitario.

 

La frecuencia de la señal fue 6EQUJ5, pero se la bautizó WOW, por la sorpresa que causó en su descubridor. Pero, lamentablemente, la señal jamás volvió a repetirse.

 

Ahora, un astrofísico llamado Antonio Paris, profesor de Astronomía en el St Petersburg College, en Florida, ha planteado una posible explicación.

 

Según Paris, la señal podría ser el resultado de la emisión de hidrógeno de dos cometas llamados 266P/Christensen y P/2008 Y2 (Gibbs), mientras transitaban por el cúmulo estelar M55 en la constelación de Sagitario.

 

Aunque, para confirmarlo, tendrá que esperar hasta el 25 de enero de 2017, fecha en la que los cometas iniciarán de nuevo ese tránsito.

 

Foto: SETI.

 

 

 

Supuesta megaestructura alienígena

En 2015 se descubrieron una extrañas variaciones en la luminosidad procedente de la estrella KIC 8462852. eso sugería que algún cuerpo se interponía en medio. pero, el hecho de que esas variaciones no seguían ningún patrón identificado, y que la disminución del brillo de la estrella legaba a ser de un 22%, hacían pensar que no se trataba de un planeta.

 

Surgió entonces la hipótesis de la existencia de una posible megaestructura de origen alienígena que fuera la causante de dichas oscilaciones.

 

Pero, dicha teoría no ha sido tenida demasiado en cuenta. de hecho, la NASA ya maneja una explicación más verosímil. Que las anomalías son producidas por un enjambre de cometas que describen en una órbita muy grande y excéntrica alrededor de la estrella

 

Foto: La estrella KIC 8462852 vista coninfrarrojos (SETI).