Hombre y máquina
El mismo año que Buster Keaton estrenaba El Navegante, 1924, se utilizó por primera vez un sistema de orientación que no precisaba de marca geográfica o posición de los astros para ubicar el navío: el RAR (radio acoustic ranging). Fue el inicio de la electrónica en la navegación. Pero también marcó otro comienzo: el del cine que critica la tecnología. Doce años antes de que Chaplin lanzara su sátira Tiempos modernos, Keaton ya ironizaba acerca de nuestra dependencia de la tecnología, de sus fallos y de cómo nos hace vulnerables.
Cuenta la leyenda
Que su sobrenombre se lo puso el mismísimo Harry Houdini cuando le vio caer por un tramo de escaleras y salir ileso: “That was a real buster!” (¡Qué tío más grande!).
Con luz propia
El 2 de febrero, esta imagen cumple 85 años. Los protagonistas, Albert Einstein y Charles Chaplin, acudían al estreno de Luces de la ciudad en Los Ángeles. Según cuenta János Plesch, médico del gran científico, en su libro The story of a doctor (publicado en 1947), mientras ambos, Chaplin y Einstein, paseaban por la ciudad, una multitud les reconoció y comenzó a aplaudirles. Fue en ese momento cuando el cómico afirmó: “Nos aplauden a los dos. A mí porque todos entienden lo que hago, y a usted porque nadie le entiende”.
Sobre la ciencia
Sorprende saber que Chaplin tenía una opinión sobre ciencia. En Mi autobiografía, señala que: “El progreso de la ciencia va mucho más deprisa que la ética humana”.
La última llamada de Marilyn
Ella, Marilyn, cantaba Happy Birthday al “Mr. President” Kennedy, cosida en un vestido estrecho y sin ropa interior. Pocos meses antes, un ruso sin glamour, L. I. Kupriyanovich, había desarrollado los primeros modelos experimentales de teléfonos móviles portátiles. Uno de esos modelos, presentado en 1961, pesaba solo 70 gramos. Así, en aquellos días terminaba una historia, la de la bella actriz rota, y comenzaba la vertiginosa carrera de la telefonía móvil. Ambas cambiaron el mundo.
¿Sabes de qué dependo?
«Ni de extraños, ni de amigos. ¡Del teléfono! Es mi mejor amigo. Rara vez escribo cartas, pero me gusta llamar a los amigos, especialmente a altas horas de la noche, cuando no puedo dormir.” Marilyn Monroe (1926-1962)
Alta fidelidad… a un estilo
No es extraño que Frank Sinatra esté trasteando con un sistema de alta fidelidad: según Sesiones con Sinatra: Frank Sinatra y el Arte de la grabación, de Charles L. Granata, ‘La Voz’ fue el primer gran artista que se aprovechó de esta tecnología que reduce los ruidos y la distorsión al mínimo. Lo extraño es que la norma de calidad hi-fi no nació en los estudios de grabación, sino en los laboratorios Bell (donde se concibió la radioastronomía y se desarrollaron el primer transistor o el láser). En 1931, utilizando líneas telefónicas, grabaron a la Orquesta de Filadelfia. Ese fue el comienzo de la era hi-fi.
Grabación de cintas magnéticas
Fue otro de los avances de la época de Sinatra para extender la vida de los archivos sonoros.
No hablamos de Grace Kelly, sino de la Rolleiflex que la princesa observa. Esta cámara de fotos tiene su nombre escrito en la historia. Salió al mercado en 1927, y se caracterizaba por tener dos lentes, la superior para apuntar al objetivo y la inferior que realmente tomaba la foto. Esto hacía que no hubiera que mirar a la cámara para hacer el retrato, y era más fácil posar con naturalidad. La Rolleiflex se hizo famosísima. La utilizaron John Lennon, James Dean, Marilyn Monroe… Hoy sigue siendo un icono en Hollywood.
En el Festival de Cannes en 1955.
Presentó Atrapa a un ladrón. Allí conoció, y se fotografió por primera vez con él, al príncipe Raniero,
El arco iris en una mano
Cuando el fotógrafo Gjon Mili, de la revista Life, tomó esta imagen a Pablo Picasso sabía exactamente lo que hacía: la luz blanca “esconde” todos los colores. Basta un prisma para que, por dispersión refractiva, se descomponga en todos los tonos del espectro visible. Cuando el sol atraviesa las gotas de lluvia, estas actúan como prisma y dan a luz (literalmente) el arco iris. Picasso desafiaba las leyes de la física, ya que él mismo se convertía en un prisma para crear, a partir de esa luz blanca, todos los colores que quisiera. Y más.
Un experimento de Mili y Picasso.
El pintor creó una serie de 30 dibujos con luz, de centauros, toros y figuras humanas.
El tocadiscos de Nicholson
Esta imagen es de 1969. Y no es extraño ver al reconocido actor Jack Nicholson con una sonrisa de oreja a oreja mientras escucha música: ese año, Matsushita’s Technics lanzó el primer tocadiscos comercialmente exitoso, el modelo SP10. Hoy, esta joya de la música puede alcanzar, dependiendo del estado, unos mil euros. Su llegada significó el comienzo de la era de los disc-jockeys, que utilizaron esta tecnología, más portátil que los antiguos fonógrafos, para irse con la música a cualquier parte.
A gustito
Los cascos que luce Nicholson también figuran entre los primeros que se hicieron masivos, gracias a su conector universal, patentado en 1964.
Sacar gasolina del agua
Esta era la propuesta del largometraje Free for All (1949), protagonizado por Ann Blyth, que en la foto se da el baño de burbujas más tecnológico de la historia del cine. A pesar de que la película se rodó hace 70 años, trataba asuntos de rabiosa actualidad hoy: la apuesta por buscar combustibles baratos y ecológicos; la lucha por las patentes y, en el caso de la película, la oposición de una gran petrolera al desarrollo de un combustible gratuito. Y… ¿qué hace la bella Ann sumergida así en el fluido? Pues que, además, había amor, claro.
Baño de futuro
El sueño de convertir agua en gasolina nunca se llevó a cabo, pero ya fue un argumento del cine de Hollywood hace casi un siglo.
Un humano con traje de gorila
En 1932, el dúo El Gordo y el Flaco, formado por Stan Laurel y Oliver Hardy, estrenó la película La vida es dura (The Chimp, en inglés) que, pese a su nombre, estaba coprotagonizada por Ethel, una gorila. Fue la primera vez que estos primates aparecían en el cine. O al menos que se les intentaba retratar, ya que no se trataba de un verdadero gorila, sino de un actor con un traje que podía ser el de un chimpancé con gigantismo o el de un espalda plateada venido a menos. Muy a menos.
Días de circo
La película se estreno en 1932, cuando el circo era sin duda el mayor espectáculo del mundo.
La bala humana
En muchos sentidos, Woody Allen fue un pionero. En La última noche de Boris Grushenko (1975) la acción transcurre durante la invasión de Napoleón a Rusia (1812). En una escena, el personaje de Allen era lanzado por los aires con un cañón… pero el primero que hizo eso fue George Farini, en 1871. Los hombres bala, obviamente, no usan pólvora, sino aire comprimido. El “disparo” sale con una fuerza de 210 kilos por cm2, que los impulsa hasta 60 metros y los somete a unas 12 G, doce veces la fuerza de gravedad.
El récord actual de un hombre bala
Lo tiene David “The Bullet” Smith Jr. (con 59 metros), pero vista la complexión de Allen, podría batirlo tranquilamente.
Arma de instrucción masiva
En 2012, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, celebraba la segunda feria de ciencias en la Casa Blanca. Y la estrella del evento fue el joven de 14 años Joey Hudy, gracias a su cañón de aire presurizado que lanzaba chuches a 53 metros de distancia. Pero puede que en breve el famoso de esta imagen ya no sea Obama. A los 17 años Hudy fue contratado por Intel (el empleado más joven de la historia de la empresa) y fue nombrado uno de los diez jóvenes más inteligentes del mundo. Actualmente vive en China.
Para verte mejor
Cuando fue tomada esta imagen, Hudy comenzaba a desarrollar sus gafas inteligentes: incorporan un lector de ondas cerebrales.