Más de la mitad de los puntos de inflexión climáticos identificados hace una década ahora están «activos», advierte un un grupo de científicos. Estos puntos, lugares en el planeta claves en el equilibrio ecológico, son el hielo marino ártico, la capa de hielo de Groenlandia, los bosques boreales, la región siberiana de permafrost, la Circulación de Retorno del Atlántico Meridional (AMOC), la selva amazónica, los corales de agua templada, la capa de hielo antártico occidental y ciertas zonas de la Antártida Oriental. El equilibrio que existe en el planeta y se ve roto por el cambio climático puede afectar solo una zona, pero influye en las demás.
Por ejemplo, todo esto amenaza la pérdida de la selva amazónica y las grandes capas de hielo de la Antártida y Groenlandia, que actualmente están experimentando cambios medibles y sin precedentes mucho antes de lo esperado. Esta «cascada» de cambios causados por el calentamiento global, podría amenazar la existencia de los seres humanos.
Y cada vez hay más pruebas de que estos eventos son más probables y están más interconectados de lo que se pensaba anteriormente, lo que llevaría a un efecto dominó.
En un artículo publicado en la revista Nature, un equipo de científicos liderados por Tim Lenton y Johan Rockström, señalan la necesidad de medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y así reducir el impacto en estos puntos, advirtiendo que el peor de los casos es un planeta «invernadero».
“Hace una década identificamos un conjunto de puntos de inflexión potenciales en nuestro planeta – explica Lenton –, ahora vemos evidencia de que más de la mitad de ellos se han activado. La creciente amenaza de cambios rápidos e irreversibles significa que ya no es responsable esperar y ver. La situación es urgente y necesitamos una respuesta de emergencia”.
Por su parte, Rockström, director del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, afirma que “no son solo las presiones humanas las que continúan aumentando a niveles sin precedentes. También, a medida que la ciencia avanza, debemos admitir que hemos subestimado los riesgos de desatar cambios irreversibles, donde el planeta amplifica el calentamiento global».
Prescindir de la economía de combustibles fósiles es poco probable antes de 2050, pero con la temperatura ya a 1,1 ° C por encima de la temperatura de la era preindustrial, es probable que la Tierra cruce la barrera de protección de los 1,5 ° C en 2040. Los autores concluyen que esto es la definición de una emergencia.
El colapso de las principales capas de hielo en Groenlandia, la Antártida Occidental y parte de la Antártida Oriental comprometería al mundo a unos 10 metros de elevación irreversible del nivel de los océanos. La reducción de las emisiones podría ralentizar este proceso, permitiendo más tiempo para que las poblaciones cercanas a la costa se desplacen. Por su parte, las selvas tropicales, el permafrost y los bosques boreales son ejemplos de puntos de inflexión de la biosfera que, si se cruzan, provocan la liberación de gases de efecto invernadero adicionales que amplifican aún más el calentamiento.
Aunque los puntos de inflexión futuros y la interacción entre ellos son difíciles de predecir, los científicos señalan que “es posible que ya hayamos cruzado el umbral para una cascada de puntos de inflexión interrelacionados. Sin embargo, la velocidad a la que progresan y, por lo tanto, el riesgo que plantean, puede bajar si reducimos nuestras emisiones».