Las investigaciones apuntan a que factores como el precio, el formato, el color o el olor de los placebos influyen en la mejoría de los síntomas.

Un placebo es un tratamiento que objetivamente carece de propiedades terapéuticas, y sin embargo provoca una mejoría, o la sensación de mejoría en el paciente, el famoso efecto placebo.

Este fenómeno se conoce desde el siglo XVIII y se ha investigado extensamente, sobre todo a raíz de la publicación en 1955 del artículo The powerful placebo del Dr. Henry Beecher, cirujano en hospitales de campaña durante la Segunda Guerra Mundial.

Hacia el final de la contienda la morfina escaseaba y preocupado por la posibilidad de que los soldados a los que debía operar sin calmantes sufriesen un paro cardíaco, empezó a inyectarles suero fisiológico sin su conocimiento. Comprobó así que los pacientes reaccionaban como si les hubiese administrado una dosis de morfina. Tras la guerra, Beecher empezó a estudiar estas respuestas, abriendo el camino a investigaciones posteriores.

Desde entonces hasta hoy, este efecto se ha utilizado ampliamente ensayos clínicos como herramienta de control para comprobar la efectividad de fármacos activos, tanto en experimentos ciegos, en los que los participantes no saben si se les administra un tratamiento terapéutico o únicamente un placebo, como en experimentos de doble ciego, en los que también los investigadores desconocen qué están administrando a los participantes.

Cuestión de expectativas, y de precio

La mente humana es susceptible a varios sesgos psicológicos y genera expectativas de curación de forma inconsciente. A mayores expectativas, mejores resultados dará el placebo. Aunque hay otras variables, dichas expectativas tienen a menudo que ver con las características físicas del placebo.

El Dr. Dan Ariely, experto en sesgos cognitivos, publicó en 2008 un estudio para el que reclutó a 82 voluntarios pagados a los que explicó que recibirían descargas eléctricas en las muñecas y se les darían analgésicos para el dolor. Se informó a la mitad de los voluntarios de que las píldoras que iban a tomar costaban 2,50 dólares, pero a la otra mitad se le dijo que iba a recibir una píldora con un gran descuento, con un coste de 0,10 dólares.

Todos los participantes tomaron en realidad placebos, pero el resultado fue que el 85% de los voluntarios que tomaron la píldora más cara experimentó una reducción del dolor mientras que sólo el 61% de los que tomaron la píldora barata afirmó sentir alivio después de tomarla.

Otros estudios han comprobado que los participantes se sienten mucho mejor cuando las píldoras llevan impreso el logo de unos conocidos laboratorios farmacéuticos con respecto a las que no tienen nada grabado.

Ciertas investigaciones también observan diferencias en los resultados dependiendo del tipo de placebo o de si se administran píldoras o máquinas placebo (se obtienen mejores resultados con las máquinas). Es también interesante observar que los resultados varían según el tamaño, el color, el sabor o incluso el olor de las píldoras placebo.

Más allá del placebo

Las investigaciones muestran que el entorno terapéutico y la «puesta en escena» en la que se da el tratamiento influyen también en el resultado. La relación médico-paciente, la escucha atenta, el protocolo seguido, el lugar en que se administra el tratamiento o que lo administre una persona o una máquina de forma automática son factores que se traducen en un porcentaje mayor o menor de alivio de los síntomas. Curiosamente, este fenómeno se da también cuando se estudia en un tratamiento real. Los seres humanos, al final, necesitamos sentirnos escuchados y atendidos tanto como los cuidados médicos.

Por último, otro descubrimiento sorprendente es que el efecto placebo funciona incluso cuando se informa a los pacientes de que se les está administrando un placebo y no un medicamento activo.

Queda mucho por aprender y muchos obstáculos que dificultan el uso de placebos en la práctica clínica, entre ellos la falta de normativa al respecto, el debate ético que incluye el consentimiento informado del paciente y la paradoja del uso de placebos limitado a ensayos clínicos.

REFERENCIAS

The powerful placebo

Commercial Features of Placebo and Therapeutic Efficacy

Open-label placebo treatment in chronic low back pain: a randomized controlled trial