La mayor investigación científica llevada a cabo con momias guanches ha desvelado el rostro de una momia famosa, la de un hombre guanche de alta clase social que vivió en Tenerife hace 800 años
Este era el rostro de un hombre guanche que nació en las Islas Canarias en el año 1160. Murió en la segunda mitad del Siglo XII (dos siglos antes de que los castellanos llegaran a las islas y arrasaran su cultura), y le embalsamaron para preservar sus restos en la vida eterna. De algún modo lo lograron. Hoy, su rostro ha vuelto a la luz.
La reconstrucción es el último paso de una fascinante investigación científica que recoge el documental “Las momias guanches” coproducido por RTVE y Story Producciones.
Conserva su corazón y su cerebro
Los guanches llevaban a cabo un laborioso proceso para preservar a los suyos. Y lo hacían de tal modo que sus órganos internos no se descompusieran.
Los antiguos egipcios los extraían y los guardaban en los vasos canopos, lo guanches, sin embargo, los mantenían en el cuerpo embalsamado por lo que sus momias conservan pulmones, riñones, corazón y cerebro. Los cuerpos se untaban con manteca y les introducían piedras volcánicas del Teide antes de tenderlos 15 días al sol. Su proceso de momificación permitía conservar el cuerpo casi intacto.
Así fue encontrado el de la momia cuyo rostro acaban de reconstruir. Conserva los dientes casi intactos, el corazón y el cerebro.
La momia del hombre guanche llegó a Madrid como un regalo al Rey Carlos III en el siglo XVIII, participó en la Exposición Universal de París de 1878 y rodó por varios museos hasta que fue trasladada al Museo Arqueológico Nacional, MAN, donde aún se conserva. El cabildo de Tenerife ha reclamado numerosas veces la devolución de la momia.
El rostro del hombre guanche
Los guanches eran más altos que los castellanos y de aspecto negroide. Esta momia, según los investigadores, debió pertenecer a una alta clase social. Lo deducen porque sus dientes están bien conservados y sus manos apenas trabajadas.
La reconstrucción de su rostro es obra de un escultor, Juan Villa Herrero, un referente internacional en proyectos de reconstrucción forense.
La reconstrucción se lleva a cabo partiendo de una tomografía computerizada de la momia y, con estas imágenes, se construye un modelo 3D del rostro a partir del cual esculpe tal y como debió ser.
La primera entrega de la serie documental “La historia secreta de las momias”, proyecto impulsado por Story Producciones, recibió el reconocimiento de festivales internacionales como el de Cannes, Hamburgo o Nueva York. En esa ocasión, la momia que investigaron era de origen egipcio y descubrieron que se trataba del sacerdote de Imhotep y médico del faraón que residió en Alejandría. Esta momia también está en el MAN, junto a la del hombre guanche, ambas perfectamente preservadas por los siglos de los siglos.