Esta es una célula de piel desarrollada en un laboratorio. Tiene una particularidad que la hace única, folículos pilosos capaces de generar pelo.
Hace más de 40 años que se cultiva piel humana en laboratorio. Sin embargo, es una piel a medias: carece de pelo, nervios y grasa.
En esta investigación que publica Nature han conseguido el triplete, el cultivo de células de piel humanas con grasa y nervios y capaz de generar pelo.
El logro representa más de cinco años de estudio que se inició en el laboratorio de Karl Koehler, en el Hospital Infantil de Boston.
«Hemos descubierto cómo hacer crecer las dos capas fundamentales de la piel humana juntas», dice Koehler, refiriéndose a las capas superior e inferior de la piel humana (la epidermis y la dermis, respectivamente). «Esas células se comunican entre sí en un cultivo de organoides de piel, y brotan folículos pilosos acompañados de células grasas y neuronas».
El equipo trasplantó la piel peluda humana de laboratorio a ratones. Y a los ratones les brotaron folículos de cabello humano allí donde habían hecho el trasplante.
En esta piel será mucho más eficaz la prueba de cosméticos, medicamentos y tratamientos para quemaduras.
La interacción y la señalización entre las dos capas de tejido llevaron a la gemación de los folículos pilosos a los 70 días, más o menos el momento del desarrollo del cabello en el feto humano.
Además del crecimiento del cabello, los organoides producen grasa y células de la piel parecidas a los músculos, así como nervios similares a los que median la sensación táctil. «La grasa es un héroe anónimo de la piel y estudios recientes sugieren que juega un papel fundamental en la cicatrización de heridas», dice Jiyoon Lee, PhD, primer autor del artículo e investigador asociado en el departamento de otorrinolaringología del Boston Children’s Hospital.
Los organoides también producen células de Merkel, células de la piel que responden al tacto y que también han sido implicadas en enfermedades como el carcinoma de células de Merkel.
A los ratones les crecieron cabellos humanos
Para ver si la técnica funcionaba en un animal vivo, el equipo cultivó los organoides durante más de cuatro meses y luego los implantó en la espalda de ratones especialmente desarrollados para no rechazar los injertos. «Nos dimos cuenta de que al cabo de un mes, pequeños pelos castaños surgieron del lugar del trasplante», explica Lee. «Esto nos mostró, sorprendentemente, que las células pigmentarias también se desarrollaron en los organoides». El cabello trasplantado desarrolló también glándulas sebáceas que producen sebo, el aceite natural que lubrica la piel humana.
¿Remedio contra la calvicie?
Jiyoon Lee, Cyrus C. Rabbani, Hongyu Gao, Matthew R. Steinhart, Benjamin M. Woodruff, Zachary E. Pflum, Alexander Kim, Stefan Heller, Yunlong Liu, Taha Z. Shipchandler y Karl R. Koehler . Nature (2220)