Es el mar más visitado del mundo. Baña 23 países con distintas religiones, economías y principios. Un proyecto europeo, MEDNIGHT, ha nacido con la voluntad de integrar a todos los países mediterráneos, los 23, para defenderlo de los muchos males que le amenazan.
El objetivo: defender el mar que nos baña a todos, y que no distingue entre pobres y ricos, ni diferencia unos dioses de otros.
La propuesta de MEDNIGHT, un proyecto con fondos europeos, es mostrar los problemas que azotan a este mar común, y poner en valor la ciencia que hay detrás para darles solución.
Su éxito es también su condena
Es un mar pequeño, excesivo en sal y extremadamente aislado. Comenzó a formarse hace unos 100 millones de años, al mismo tiempo que crecían los Alpes, y la única puerta importante que quedó abierta es su boca en el Océano Atlántico, el Estrecho de Gibraltar. Sus aguas familiares, templadas y festivas, apenas se renuevan.
Favorecido por un patrimonio cultural que cuenta la historia de todas, o casi todas, las grandes civilizaciones, el Mar Mediterráneo atrae a más de 200 millones de turistas anualmente.
Pero su éxito es también su condena. El turismo masivo y no regulado está entre las principales razones del estrés que enferma al mar que nos baña.
Hasta un tercio del tráfico marítimo mundial atraviesa sus aguas.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, unos 2.000 buques de más de 100 toneladas métricas cada uno se encuentran en algún momento en aguas del Mediterráneo.
Sufre otros males que se recitan en cadena: la sobrepesca, la acuicultura sin límites o el impacto de las plataformas de extracción de petróleo. Cerca de 200 plantas químicas, petroquímicas y energéticas trabajan sin descanso de costa en costa.
Toda esta presión humana tiene consecuencias. Los grupos ambientalistas informan de la muerte masiva de tortugas y focas monje. Auguran el final del atún del Atlántico, que desova solo en el Mediterráneo, y de las praderas submarinas de Posidonia, una fanerógama marina que fundamenta gran parte de la diversidad biológica del mar.
Con solo el 1% del agua oceánica del planeta, el mar Mediterráneo alberga el 8% de la biodiversidad mundial, actualmente amenazada.
El cambio climático en un mar pequeño
La condición singular del Mar Medi Terraneum, «mar en el medio de las tierras», pequeño y aislado, hace que los efectos del cambio climático le dañen especialmente.
Un estudio liderado por investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) mostraba recientemente que el ritmo al que aumentan la temperatura y la salinidad de las aguas del Mediterráneo Occidental se ha acelerado desde mediados de los años noventa, y apunta a que la temperatura de la superficie sube hasta dos grados por siglo.
Es prácticamente seguro que el calentamiento de la superficie del mar continuará durante el siglo XXI entre 1 y 4°C, dependiendo del escenario (emisiones de gases de efecto invernadero bajas o altas) y es probable que las aguas profundas se calienten más en el Mediterráneo que en otros océanos del mundo.
El informe Riesgos asociados al cambio climático y los cambios medioambientales en la región mediterránea, elaborado por un grupo de más de 80 científicos detalla sin piedad los daños que azotan al Mar Mediterráneo derivados del cambio climático.
Para empezar, la subida del nivel del mar. Para 2100 el informe apunta que superará el metro, lo que supone situarse en el escenario más pesimista que planteaba para el conjunto del planeta el reciente informe del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change).
Los más afectados, un tercio de la población, la más vulnerable, que vive muy cerca del mar, son pobres y tienen pocas opciones para protegerse o alejarse.
Solo en el norte de África el sustento de al menos 37 millones de personas estará en peligro.
La salinización de los suelos afectará a la agricultura en los deltas y estuarios de los ríos como el Nilo, pero también el Ebro, el Ródano y el Po.
Aumentarán las olas de calor y las sequías, que golpeará con dureza a España.
Los habitantes de las cuencas fluviales en Oriente Medio y Oriente Próximo estarán expuestos a una dura escasez de agua. El estudio calcula que en 2040 alrededor de 250 millones de personas de la zona sufrirán pobreza hídrica —dispondrán de menos de 1.000 metros cúbicos por cabeza al año. Esta situación, advierten los científicos, puede hacer que aumenten los conflictos y las migraciones masivas.
La mayoría de los impactos del cambio climático se ven exacerbados por otros retos medioambientales como el aumento de la urbanización y el turismo, la intensificación de la agricultura, la sobrepesca, la degradación del suelo, la desertificación y la contaminación (del aire, la tierra, los ríos y los océanos).
La acidificación del agua y la pérdida de biodiversidad
La acidificación de los océanos debido al aumento de los niveles de dióxido de carbono atmosférico se suma a la combinación de factores y lo empuja todo hacia un futuro de desconsuelo.
Según datos de MedSeA, que estudia la acidificación del mar Mediterráneo en un clima cambiante, en los últimos 25 millones de años, la superficie del Mediterráneo tuvo un pH promedio de 8.2, ahora ha caído a 8.1.
La acidificación provoca la corrosión del carbonato de calcio que utilizan los corales y los organismos que hacen concha. Los corales mueren, pero las especies invasoras sobreviven.
El Mar Mediterráneo está invadido por muchas especies no autóctonas que llegan sobre todo del Mar Rojo, pero también a través del Estrecho de Gibraltar, el transporte marítimo y la acuicultura.
Las consecuencias previstas son el aumento de brotes de medusas, brotes de mucílagos y algas, reducción de las poblaciones de peces comerciales y pérdida general de biodiversidad debido a la alteración de la fisiología y la ecología de la mayoría de los organismos marinos.
La sobrepesca imparable
WWF estima que la pesca ilegal, no reglamentada y no declarada (INDNR) es un lugar común, particularmente en aguas libias e italianas. Por ejemplo, según WWF, anualmente se extrae de las aguas mediterráneas más del doble de la cantidad permitida de atún rojo.
La producción de alimentos marinos está amenazada por las prácticas pesqueras insostenibles, la invasión de especies no autóctonas, el calentamiento de las aguas, la acidificación y la contaminación, que en conjunto pueden provocar la extinción local de más del 20% de los peces e invertebrados marinos explotados de aquí a 2050.
Pocas áreas protegidas
Otro problema es la escasez de áreas marinas protegidas. Solo el 4% del Mediterráneo está protegido oficialmente, principalmente en aguas de países de la UE. WWF está presionando a la UE para que amplíe la protección al 10% de sus aguas mediterráneas, para alcanzar los nuevos objetivos establecidos en el Convenio sobre la Diversidad Biológica de 2010.
WWF también está tratando de ayudar a países que no pertenecen a la UE, como Croacia, Líbano, Libia y Montenegro, a crear áreas marinas protegidas.
La contaminación micro y macro
El estrecho recinto del Mediterráneo significa que lo que se tira al mar tiende a quedarse allí. Desde la Revolución Industrial, el mar ha actuado como una cuenca de concentración de metales pesados y otros contaminantes, como los bifenilos policlorados.
Así, el Mediterráneo es el mar más contaminado por plásticos del mundo. Según la Fundación Aquae concentra entre el 20% y el 54% de las partículas de microplásticos del planeta y se calcula que el 95% de los residuos que flotan en este mar son plásticos.
En 1976, varios países mediterráneos adoptaron el Convenio de Barcelona para la protección del mar Mediterráneo contra la contaminación.
Fue uno más de los muchos programas que no han logrado una política medioambiental jurídicamente vinculante para todo el Mediterráneo, aunque sí le debemos que hoy sea posible bañarse en las playas de la ciudad de Barcelona, algo que hasta entonces era impensable.
¿Cuidamos del mar?
Conseguir políticas medioambientales legalmente vinculantes para todo el Mediterráneo sigue siendo difícil. Los 23 países de la región tiene una marcada brecha entre ricos y podres, algunos, conflictos armados sempiternos, y entre ellos, distintas orientaciones políticas: los países de la Unión Europea (incluidos Francia, Grecia, Italia y España), los países que intentan unirse a la UE (como Albania, Croacia, Montenegro y Turquía), los países recientemente en crisis política (como Argelia, Egipto, Libia y Túnez), así como países considerados enemigos políticos por otros en la región mediterránea (como Chipre e Israel).
Quizá, apelando a nuestras raíces, pueda construirse una nueva civilización de pueblos unidos para que el Mar Mediterráneo siga saludable y productivo para las generaciones venideras
El Mediterráneo fue cuna de civilizaciones sin las que no podríamos explicar de dónde venimos: las civilizaciones egipcias, helénica, romana y otomana. Quizá, apelando a nuestras raíces, pueda construirse una nueva civilización de pueblos unidos para que el Mar Mediterráneo siga saludable y productivo para las generaciones venideras.
MEDNIGHT tiene como objetivo la integración de todos los países mediterráneos bajo una única bandera que nos ponga, todos a una, a repartirnos la tarea de cuidar el mar. En QUO, nos unimos en la lucha.
Fuente del artículo: Primer Informe de Evaluación del Mediterráneo (MAR1), que puede verse completo aquí. El informe incluye los conocimientos científicos actuales que pueden hacer frente a todos los problemas mencionados