Chernobyl vuelve a rugir. Los científicos que vigilan sus ruinas han informando de un aumento de riesgo de reacciones de fisión en una cámara inaccesible.
La planta de energía nuclear, desmantelada en 1986, no deja de alertar a la comunidad científica. El aumento de las reacciones nucleares, si no se estabiliza, requerirá una intervención humana de alto riesgo.
La cámara dónde se está produciendo la emisión es inaccesible. La explosión de Chernobyl derribó las paredes y selló muchas de las cámaras. Toneladas de material nuclear del reactor se esparcieron sin control por las ruinas.
El reactor está fundido y el complejo es un desierto de lava peligrosamente reactiva. Un de las cámaras, conocida como la cámara 305/2, contiene grandes cantidades de este material y los investigadores han visto que de ella procede un aumento en las emisiones de neutrones, con niveles que han aumentado alrededor del 40 por ciento desde principios de 2016. Esto apunta a una creciente reacción de fisión nuclear
Ghernobyl, a día de hoy, sigue siendo un problema sin resolver.
Según los científicos que han dado la voz de alarma, la estimación del material fisible en esa sala significa que podemos estar bastante seguros de que no obtendrá una liberación de energía nuclear tan rápida como para producir una explosión. Pero no lo pueden afirmar con certeza.
Por qué el aumento de neutrones
Según los científicos, cuando colocaron una nueva estructura sobre esta sala, impidieron que penetrara el agua. El agua de la lluvia amortiguaba el peligro de fisión.
Cuando el combustible de uranio o plutonio se desintegra radiactivamente, emiten neutrones, que pueden promover una reacción de fisión si son capturados por otro núcleo radiactivo. Sin embargo, grandes cantidades de agua ralentizan estos neutrones, evitando que sean capturados. Al colocar esta nueva estructura sobre el reactor, la entrada del agua es menor, y esta podría ser la causa del aumento de los neutrones.
La tasa básica de neutrones ha aumentado, se ha estabilizado y a vuelto a disminuir en otras ocasiones.
De momento, aseguran que es motivo de preocupación pero no de alarma. Solo si la tasa de producción de neutrones continúa aumentando, es posible que los investigadores deban intervenir.