La temperatura del cerebro está dos grados por encima de la del resto del cuerpo, y sus variaciones se pueden usar para prevenir muertes en personas con lesiones cerebrales
Quizá has notado que cuando tu ordenador está procesando algo complejo (editando un vídeo o aplicando efectos a una fotografía) se calienta más de lo normal. Lo mismo puede ocurrir con nuestro cerebro, cuya temperatura interior supera a veces los 40 grados.
La temperatura media del cerebro sano, de 38,5 grados centígrados, es más de dos grados superior a la medida en la boca, según indican un grupo de investigadores en su artículo en la revista Brain. En las regiones más profundas del cerebro, a menudo se superan los 40 grados, un valor que se diagnosticaría como fiebre en otras partes del cuerpo.
El equipo del Laboratorio de Biología Molecular del MRC en Cambridge reclutó a 40 voluntarios sanos de entre 20 y 40 años, y midió su temperatura en diferentes regiones del cerebro por la mañana, por la tarde y por la noche mediante espectroscopia de resonancia magnética (MRS). En todos los sujetos de la prueba, la temperatura del cerebro fluctuó casi un grado centígrado en el transcurso del día, cayendo por la noche y subiendo de nuevo por la mañana. Los valores más altos se midieron por la tarde. El récord lo estableció una mujer con 40,9 grados centígrados en el tálamo, la región del cerebro que más se calentó de media.
De media, la temperatura del cerebro de las mujeres alcanzó unos 0,4 grados centígrados más que la de los hombres. Los investigadores sospechan que esto tiene que ver con el ciclo menstrual: las temperaturas son más altas después de la ovulación, y la mayoría de las mujeres se encontraban en esta fase cuando se realizaron las mediciones. La temperatura también aumentó con la edad, especialmente en las regiones cerebrales más profundas.
A partir de estos datos, los investigadores crearon lo que, según ellos, es el primer mapa en cuatro dimensiones de la temperatura del cerebro. Este mapa se utilizó para comparar los valores medidos en más de 100 pacientes de cuidados intensivos con traumatismos craneoencefálicos, y el resultado fue que su temperatura cerebral era de media un grado más baja. Además, fluctuaba entre 32,6 y 42,3 grados centígrados, un rango más alto que en los voluntarios sanos (36,1 a 40,9ºC), y sólo una cuarta parte de los enfermos tenía el ritmo diario de temperatura típico de las personas sanas. Cuando el ritmo se alteraba, el riesgo de muerte se multiplicaba por 20.
Sin embargo, estas variaciones de la temperatura de cerebro en pacientes con lesiones no son causa y efecto, sino más bien unos indicadores de riesgo que tiene un gran valor clínico.
REFERENCIA
A daily temperature rhythm in the human brain predicts survival after brain injury